Poza de la Sal en la literatura: «El Viaje hecho en España y Francia», de Andrea Navagero

Andrea Navagero

Andrea Navagero. Detalle del famoso cuadro de Rafael Sanzio Retrato de Andrea de Navagero y Agostino Beazzano, 1516 (Galeria Doria Pamphili, Roma). Existe una copia del s. XVII en el Museo del Prado.

«El Viaje hecho en España y Francia» es un breve y encantador relato del periplo por ambas naciones  de Andrea Navagero (Venecia, 1483 – Blois, Francia, 1529). Celebrado poeta e historiador, fue embajador de Venecia sucesivamente ante el emperador Carlos V y ante el rey francés Francisco I. Navagero fue inmortalizado en un famosísimo cuadro de Rafael Sanzio,  siendo también referido en nuestras historias de la literatura por su decisiva influencia  en el poeta Juan Boscán, introductor en España de las formas italianizantes.

El Viaje es una obra de relevancia.  Y no tanto por su contenido político e histórico -como, en principio, cabría esperar del punto de vista de un embajador en un periodo histórico tan excepcional-  como por el alarde de  curiosidad y sensibilidad de un genuino humanista del Renacimiento que capta y describe con rigor lugares, monumentos y costumbres, tal y como se encontraban en el primer tercio del siglo XVI (1).

En concreto y en lo que aquí nos afecta, la villa de Poza de la Sal (Burgos) tiene cierto protagonismo en no pocas páginas de El Viaje por haberse localizado en ella un episodio poco conocido pero que es parte de la Historia universal: la detención en 1528, por orden del emperador Carlos V, de los embajadores de la Liga de Gognac o clementina. Las referencias sobre la villa de Poza y su entorno son de un grandísimo interés arqueológico (2).  A ellas me referiré en seguida. Repasemos antes las ediciones de la obra.

Códice veneciano. Museo Correr de Venecia

Las ediciones de El Viaje hecho en España y Francia de andrea navagero

La primera edición de El Viaje se realizó en Venecia en 1563  por el impresor Domenico Farri, quien se la dedicó al obispo Lepido Malaspina. Consta de 68 páginas por las dos caras; los párrafos no están numerados. Por la dedicatoria sabemos que el manuscrito original llegó a manos del amigo de Navagero e ilustre geógrafo  Giovanni Battista Ramusio, Secretario que fue del Ilustre Consejo de los Diez, y de él pasó a su hijo Paolo, quien se lo mostró al impresor Farri.

Portada original de Il Viaggio fatto in Spagna et in Francia de Andrea Navagero, en su primera edición italiana de Domenico Farri, 1563. La imagen corresponde al ejemplar procedente de la Biblioteca Real, de Francia.

En 1718 los hermanos Cayetano y Joanne Antonio Volpi editaron la Opera Omnia de Andreas Naugerius o Andreae Naugerii o Andreae Naugerio (por estos nombres latinizados le citan) en Padua. En 1754 la Tipografía Remondianiana de Venecia publicó una segunda edición de aquella. En las dos aparecen un estudio biográfico y crítico redactado por Joanne Antonio Volpi sobre Navagero y su tiempo. Los párrafos del texto de El Viaje están numerados.

Portada y grabado interior de la primera edición de la Opera Omnia de Andrea Navagero, Padua, 1718.

La primera traducción y edición españolas de El Viaje no llegará hasta 1879 y fue el resultado de un meritorio trabajo de Antonio María Fabié . El erudito y político sevillano integró la traducción del relato de Navagero en un volumen más amplio que tituló Viajes por España de Jorge de Einghen, del Barón de Rosmithal, de Francisco Guicciardini y de Andrés Navajero. Fue publicado en la colección Libros de Antaño de la Librería de los Bibliófilos, en Madrid.

Fabié inicia su volumen con una amplísima introducción del contexto histórico de cada uno de los cuatro viajes que tradujo y anotó. Parece, por otro lado, haber desconocido la primera edición italiana de 1563, basándose en la de la obra completa, como sugiere la utilización de la numeración de los párrafos del texto.  El Viaje va seguido de las cinco cartas que el veneciano escribió al ya mencionado Ramusio con las descripciones, reproducidas también en El Viaje, de algunos de los lugares que visitó en España. No incluye, en cambio, la parte del relato correspondiente a Francia.

Primera edición en español de El Viaje por España de Navagero, debida a Antonio María Fabié y publicada, en mismo volumen que otros relatos de viajeros extranjeros, en Libros de Antaño de la Librería de los Bibliófilos (1879).

El intelectual y diplomático alcarreño José María Alonso Gamo acometió a mediados del siglo pasado una nueva traducción del original italiano de la obra de Navagero, alcanzando un texto con notables diferencias respecto al de Fabié y creo que con mas rigor y mejor conocimiento de aquella lengua. Fue publicada en 1951 por Editorial Castalia, en Valencia.

El texto que presenta Alonso Gamo de El Viaje está, a diferencia del de Fabié, apenas anotado, pero su estudio preliminar es notable. Los párrafos de Navagero no están numerados porque Alonso traduce directamente de la primera edición italiana de 1563. Incluye además, creo que por primera vez en castellano,  la versión completa del escrito original, es decir con la parte del viaje correspondiente a Francia (3). Y añade también lo más significativo de las cartas a Ramusio, refiriéndolas a los correspondientes pasajes de El Viaje.

Edición de 1951 de la nueva traducción El Viaje de Navagero, realizada por José María Alonso Gamo y publicada por Castalia. Tiene significativas diferencias con la de Fabié.

Solo un año después de la edición de Alonso Gamo, en 1952, la traducción y las notas de Fabié de 1879 serán reproducidas literalmente, con una presentación preliminar de la figura de Navagero, en el volumen I de la magna obra de José García Mercadal Viajes de Extranjeros por España y Portugal desde los tiempos más remotos hasta fines del siglo XVI, publicada por Aguilar.  Por lo que sea, García Mercadal no aclara -o, al menos, yo no lo he encontrado-  que la traducción y las notas que reproduce son de Fabié.  La obra fue reeditada por la Junta de Castilla y León en 1999, con nuevo prólogo de Agustín García Simón.

En 1983 la traducción y las notas de Fabié del relato de Navagero -solo de la parte correspondiente a España-  ven nuevamente la luz, también ahora de forma independiente, en un librito de bolsillo de EdicionesTurner con el título Viaje por España (1524-1526). La edición, posiblemente la más difundida y utilizada, incluye también, como ya hizo García Mercadal, las cinco cartas completas a Ramusio. El prólogo es de Ángel González García. Para mi es un misterio por qué aparecen las fechas 1524-1526 en el título del libro; debiera decir 1524-1528, que es el periodo comprendido en la narración.

Portada de la moderna edición de Turner (1983). La traducción y las notas son las mismas de Fabié de la edición de 1879. Con prólogo de Ángel González García, esta edición Incluye también cinco cartas a Giambattista Ramusio escritas por Navagero en 1525 y 1526..

la embajada de navagero en El contexto de la guerra en Italia

Poza aparece en el relato (ns. 80 a 87, si tenemos en cuenta la numeración de Opera Omnia) en el contexto de la llamada segunda guerra entre España y Francia por el predominio en la península italiana. Las tropas imperiales de Carlos V habían conseguido una gran victoria en Pavía (25 de febrero de 1525) siendo el rey de Francia, Francisco I, hecho prisionero y conducido a Madrid.

Batalla de Pavía, en la que fue hecho prisionero el Rey de Francia Francisco I. Tapiz de Bernard van Orley, Museo de Capodimonte.

Las negociaciones iniciadas entonces culminarán con el Tratado de Madrid (14 de enero de 1526), por el que el rey francés se comprometía a devolver al Emperador el ducado de Borgoña, a renunciar a Italia y a no entrometerse en Flandes.

Conseguida por el monarca francés su libertad y una vez consigue regresar a Paris, incumple lo pactado y se enfenta nuevamente al Emperador con sus aliados de la Liga de Cognac o clementina, impulsada por el Papa Clemente VII  el 22 de mayo de 1526. La liga estaba integrada por el propio Papa, Francia, Inglaterra, Venecia, Florencia y el Ducado de Milán.

Durante esta guerra de todos contra Carlos V se produciría el famoso Sacco de Roma por tropas mercenarias y la prisión del papa Clemente VII (6 de mayo de 1527). Meses antes, el 29 de agosto de 1526, los otomanos de Solimán el Magnífico -con el que Francisco I había establecido una cierta entente- habían derrotado al rey Luis II de Hungría en la batalla de Mohács, iniciando su aproximación a Viena.

navagero en La Corte imperial, en la ciudad de Burgos

Navagero había arribado a la Corte imperial, en ese momento en Toledo, el 11 de julio de 1525. Su misión diplomática no era sencilla para un hombre honesto y sensible como él: después de la derrota francesa de Pavía, salvar la cara de una Venecia que desconfiaba de Carlos V, y  ganar tiempo simulando intentos de llegar a una paz acordada. Se ha dicho que quizá esa contradicción entre la personalidad de Navagero y  la pretensión de la Señoría veneciana explique que la crónica reflejada en El Viaje apenas haga mención de acontecimientos de significación política, conteniendo en cambio, como ya he señalado, una atractiva narración de las cosas que llamaron su atención  en los diferentes lugares que recorrió.

Burgos celebris et antiqua Hispaniae ciuitas… Grabado en torno al año 1600 basado en un dibujo de Jorris Hoefnagel. Procede de la obra de G.Braun & F. Hogenberg, Civitates Orbis Terrarum, tomo I.

Pero volviendo ahora a Poza, cuenta Navagero en su libro que desde el 17 de octubre de 1527 la Corte imperial se instaló en la ciudad de Burgos y allí los embajadores de la Liga negociaban con Carlos V para tratar de ajustar la paz. El 21 de enero de 1528, viendo que estos intentos diplomáticos no llegaban a buen término, los embajadores de la Liga deciden regresar a sus respectivos lugares de origen, pero el Emperador ordena retenerlos y que sean conducidos a Poza hasta que los embajadores imperiales pudieran regresar a España.

El día 22, por la mañana, los heraldos o Reyes de armas de Francia e Inglaterra declararon solemnemente, en nombre de la Liga y en la presencia de Carlos V, la guerra al Imperio. Después de comer de ese mismo día, los embajadores de Francia, Florencia y Venecia emprendieron el viaje a Poza, custodiados por Lope Hurtado de Mendoza y la guardia imperial, haciendo noche en lo que hoy es Villaverde Peñahoradada.

navagero Casi cuarenta días en Poza de la sal, aquel cómodo y apacible lugar

El 23 de enero llegaron los referidos embajadores a Poza, entonces bien amurallada. El 20 de febrero se unieron también los de Inglaterra y Milán, permaneciendo todos en la villa hasta el 19 de mayo de 1528.

Naturalmente, el estilo de vida exquisito y refinado de Navagero no se adaptó bien a las asperezas de Poza, que, para colmo, acogió a tan ilustres huéspedes en pleno invierno. El veneciano no disimula en su relato el disgusto con nuestro pueblo, al que caústicamente se refiere como  aquel cómodo y apacible lugar.

Blasón de la familia Navagero di Veneci (Pompeo Litta, Famiglie celebri di Italia)

Esta parte del texto del Viaje, interesantísima, narra a grandes trazos su cautiverio y menciona -y, en algunos casos describe-  cómo eran Poza y sus alrededores en el siglo XVI. Son importantes la referencias al castillo y al palacio del señor de Rojas -donde estuvieron alojados los diplomáticos franceses-, a los monasterios de La Asunción de Castil de Lences, San Bernardino y San Salvador, en Oña, y, sobre todo, a  las ruinas de la que los pozanos conocían entonces, según testimonia Navagero, como “Ciudad de Milagro”.

 

BU-CAS-073-1033001

Restos de una de las torres -probablemente de la zona central de la muralla perimetral- del Palacio de los Rojas, en Poza de la Sal (Burgos), en el que permanecieron retenidos los embajadores de Francia en la Corte de Carlos V.  Hay noticias precisas de que el palacio, bueno y grande para Navagero, en 1740 estaba ya en ruinas, por lo que tuvo que ser en parte demolido. Detrás, en lo alto de la peña, el castillo al que también se refiere el embajador veneciano: …en la misma cima un fuerte castillo, al que no hay quien suba…

Debe señalarse que dicha población, situada en la explanada existente entre el cerro del Milagro y el río Homino, era la antigua ciudad romana de Flaviaugusta. Sus últimos restos, descritos por el arqueólogo Julio Martínez Santa-Olalla,  fueron arrasados en 1928 con motivo de la construcción del Ferrocarril Santander-Mediterráneo.

Vieja fotografía de las ruinas del olvidado Convento franciscano de San Bernardino, de Poza de la Sal, descrito por Navagero en 1528. Fue fundado, probablemente en 1451, por Fray Lope de Salazar, bajo los auspicios materiales de Juan Rodríguez de Rojas y Elvira Manrique de Rojas, VI Señores de Poza. Su aislamiento, notable capacidad y amplios campos lo hicieron especialmente propicio para el retiro, convirtiéndose en casa de recolección, primero en la provincia franciscana de Burgos y a partir de 1602 en la de Cantabria. Hospital militar durante la francesada, los monjes sufrieron la exclaustración decretada por el rey José en 1809. Regresaron a lo que quedaba del convento en 1814, pero a partir de 1835 se les aplicaron los lamentables decretos desamortizadores y las exclaustraciones dictados por los liberales. En las relaciones de 1836 el convento figuraba ya como extinguido, siendo objeto de pública subasta en 1844.

Entre otros detalles de la «Ciudad de Milagro», Navagero menciona el acueducto que conducía hasta allí agua desde detrás de Poza y los restos de un templo todavía en pie dedicado al dios Suttunio que formaba parte de la iglesia, ya desaparecida, de Nuestra Señora la Vieja. Esa misteriosa deidad celtíbera (4) la menciona Marcelino Menéndez Pelayo en los Preliminares  de su monumental Historia de los Heterodoxos Españoles (5). El gran sabio santanderino dejó también, por cierto, testimonio escrito de su elevado concepto de Navagero y del Viaje, a propósito de la influencia del humanista veneciano en nuestro poeta Juan Boscán (5).

Jaime Urcelay

(Actualizada el 23/07/2018. La primera versión de esta nota la publiqué en agosto de 2009, sin firma, en mi anterior blog «Peñas Arriba»).

(1) Hay algunos estudios sobre la contribución de El Viaje al conocimiento de lugares y monumentos, algunos ya desaparecidos o muy alterados. Cito alguno: Arjones, A., El relato del viaje de Andrea Navagero (1525-1526): una fuente documental para la arquitectura de La Alhambra, Revista Aequitas, Valladolid, número 6, 2015, págs. 169 a 184; Olea, P., Los ojos de los demás. Viajes de extranjeros por el antiguo obispado de Sigüenza y actual provincia de Guadalajara, Rayuela, Sigüenza (Guadalajara), 1998; Gijón, V., Las ciudades de Castilla-La Mancha en el viaje de Andrea Navagero, Arte y Ciudad Revista de Investigación,  Madrid, nº 3 (I) Extraordinario, 2013 (Junio); García Maldonado, A., Andrés Navagero: “Alhama donde hay hermosísimos y saludables baños”, Alhama Comunicación (Diario digital de la comarca de Alhama); García Simón, A., Castilla y León según la versión de los viajeros extranjeros siglos XV-XIX,  Junta de Castilla y León, Salamanca, 1999; Bolós, J., Com veieren els Països Catalans alguns viatgers del segle XVI,  Rafael Dalmau Editor, Episodis de la Història, Barcelona, 1980; Martínez Aguilar, L., Tras las huellas de los humanistas de los siglos XV-XVII en su relación con Linares, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, Julio-Diciembre 2006, nº 194. El Viaje y las cartas a Ramusio suelen ser, por lo demás, fuente y referencia obligada en la historiografía de las regiones y lugares que aparecen en el texto de Navagero.

(2) El profesor de la Universidad de Tours Raymond Chevallier publicó en 1997 un trabajo sobre el valor para la arqueología del relato de Navagero: Un panorama de l’archéologie espagnole au XVI siècle: note sur le Voyage en Espagne d’Andrea Navagero (1524-1526), Mélanges de la Casa de Velázquez, Tomo XXVII-1, Madrid, 1997. En el ensayo se contienen dos menciones a los vestigios arqueológicos de Pozza, que es como Poza de la Sal aparece en el original de Navagero. La nota 35 de Chevallier me hace dudar si identifica bien Pozza.

(3) En Bayona,  Francia, se editó en 1886 Bayonne et Le Pays Basque en 1528 (Extract du voyage d’un Ambassadeur Venitien en France et en Espagne). La traducción al francés, realizada sobre el original italiano de 1718, es de Henry O’Shea, quien también presenta una breve y curiosa introducción.  El texto de El Viaje empieza con la llegada a Vitoria y finaliza en Bayona. Hay una reedición de 2003 publicada por Hachette Livre BNF.

(4) Emil Hübner recogió de la colección epigráfica de Benedetto Ramberti (Venecia, 1503-1547) la inscripción a la que debía referirse Navagero, incluyéndola con el número 746 en su Corpus Inscriptionum Latinarum II. Inscriptiones Hispaniae Latinae, Berlin, 1869: Suttunio deo sac(rum) [L(ucius)] Aufidius Masculinus sesquiplicarius p(ropria) p(ecunia) fac(iendum) cur(avit). Por error, Hübner identificó «Pozza» con  la localidad de  Brozas, cercana a Cáceres. Siendo las de Navagero y Ramberti las únicas referencias disponibles sobre esta deidad, se ha especulado sobre su posible origen cultural. La opinión más generalizada la considera una deidad indígena -celtibérica,  y más en concreto autrigona- pero podría tratarse también de una deidad romana, griega o fenicia rebautizada por las tribus locales autrigonas. Hubner, por ejemplo, pide sea nombre romano; Fita sugiere, en este sentido, la identificación con Saturnio, calificativo clásico de Júpiter, hijo de Saturno.

(5) Dice así Don Marcelino: (…) ¿Dónde colocar a Vagodonnaego, Neton y su mujer Neta, Endovélico, Vérora, Tullonio, Togotis, Suttunio, Poemana… y tantos otros enigmáticos númenes adorados por nuestros mayores? (…).  Para él esas inscripciones no pueden dar verdadera idea del primitivo culto prerromano  ya que están en latín y, por lo tanto, se trataría de un culto modificado y mixto que se conservaba en
tiempos de los romanos.

(6) Vid.  Antología de poetas líricos castellanos desde la formación del idioma hasta nuestros días, vol. 13. La referencia aparece a propósito de la importante influencia de Navagero en el poeta español Juan Boscán.

Un comentario en “Poza de la Sal en la literatura: «El Viaje hecho en España y Francia», de Andrea Navagero

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