
Vitrina en la que se exponen los fragmentos de la escultura thoracata de Poza de la Sal (Museo de Burgos).
Uno de los vestigios más característicos de la antigua ciudad romana de Flavia Augusta, en Poza de la Sal (Burgos), son los restos de una monumental escultura de bronce, encontrados en el año 1928.
Están expuestos desde entonces en el Museo de Burgos, identificados como Fragmentos de escultura thoracata -Marte o Minerva- procedentes de Poza de la Sal (1). Han sido datados en el siglo I-II.
Se trata de un total de siete piezas de bronce:
–Un brazo derecho, desnudo, de 78 cm. de largo y 9 kg. de peso, mayor de lo que corresponde al tamaño natural de una persona, con una pequeña perforación que atraviesa el dedo anular (núm. 265 del inventario del Museo).
–Una cimera de 58 cm., acanalada y cincelada de plumas por ambos lados, que conserva los elementos de inserción en el casco (núm. 266).
–Dos piezas de aproximadamente 12 cm., redondeadas en sus extremos y decoradas con palmetas en relieve, diferentes entre sí. Corresponden a lambrequines de una coraza militar romana (núm. 320 a 324).
–Tres piezas rectangulares, de unos 17 cm., terminadas en cordoncillos (cinco en uno de los casos, seis en los otros dos), identificadas como launas o tiras en cuero propias también de la continuación, en forma de falda, de una coraza (núm. 320 a 324).

Detalle de seis de los fragmentos de la escultuta thoracata romana de Poza de la Sal. De izquierda a derecha: lambrequines, cimera y launas (Museo de Burgos)
El hallazgo en 1928
Respecto a su hallazgo, hay que situarlo en el contexto del vergonzoso episodio de las obras de la estación de Poza del ferrocarril Santander-Mediterráneo en 1928 (2). En efecto, durante los trabajos de excavación de las trincheras de las vías del tren afloraron y se destruyeron -hay que entender que de forma consciente- importantes restos arqueológicos de la antigua ciudad romana de Flavia Augusta, extendida entre el Cerro del Milagro y la margen izquierda del río Homino, apenas a 3 km. del casco urbano de Poza (3).

Destrucción de pilas individuales de las termas de la ciudad romana de Flavia Augusta, en Poza de la Sal (Burgos), durante la construcción del ferrocarril. Foto de Julio Martínez Santa-Olalla publicada en Antigüedades romanas en Poza de la Sal (Burgos) (1932) .
Según el profesor Julio Martínez Santa-Olalla, enviado en su momento a visitar el terreno por la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos , el brazo fue hallado un poco más allá de La Vieja, entre el templo in antis allí situado y las termas. Muy próximos aparecieron los otros bronces, cerca también del lugar en el que se recuperaron dos inscripciones honorarias o públicas sobre jaspe. Estaban enterrados a dos metros y medio de profundidad (4).

Una nota del profesor Martínez Santa-Olalla sobre los hallazgos romanos de Poza de la Sal abre la portada del Diario de Burgos (21 septiembre 1928).
Pueden encontrarse alusiones a estos fragmentos de la escultura thoracata pozana en una parte de la literatura sobre arqueología romana peninsular, así como en las publicaciones sobre la historia de Poza. Pero el estudio más detallado es el de la arqueóloga Paloma Acuña Fernández, aparecido en 1975. Sus conclusiones han sido, en general, aceptadas por los especialistas (5).

Nota en el diario burgalés El Castellano (2 de octubre de 1928) dado cuenta del hallazgo en Poza de la Sal del brazo de bronce.
¿Minerva o Marte?
Hay que destacar en primer lugar que no abundan los restos de esculturas thoracatas en bronce de la Hispania romana. Acuña identifica solamente seis, incluyendo los de Poza.
Respecto a su atribución, no es fácil en el caso que nos ocupa, dado lo limitado de los fragmentos que pudieron recuperarse en 1928. Viendo el completo panorama que sobre este tipo de esculturas romanas presenta la citada investigadora, me parece que cabe un espacio amplio para la especulación. Lo mismo creo que puede decirse respecto a la finalidad, la ubicación o la fábrica de este monumento arqueológico. Es poquísimo lo que realmente sabemos de la enigmática Flavia Augusta, pese a las evidencias de su importancia, el intento de descripción de Martínez Santa-Olalla o las epigrafías y otros restos conservados, especialmente de su necrópolis del lugar de La Vieja.
No obstante, la consideración conjunta de los siete fragmentos y los paralelismos con otras esculturas, permiten a nuestra autora proponer algunas conclusiones que aquí transcribo.
Descarta, en primer lugar, que se trate de una escultura de Minerva, aun reconociendo la apariencia femenina del brazo -señalada en las primeras descripciones del hallazgo- y la forma de la cimera, que encajaría bien en la diosa. Y es que, en general, la iconografía conocida de aquella tiene como constantes la túnica larga y la égida, lo que casa mal con los fragmentos de lambrequines y launas, que hay que asociar, como antes decía, a una coraza militar.
A su juicio, sí podría en cambio entenderse que los fragmentos de la escultura pozana corresponderían a Marte, dios de la guerra (6), con inspiración en las características iconográficas de su presentación como Mars Ultor (Marte Vengador). Así he podido verificarlo contemplando la colosal escultura en mármol de esta deidad expuesta en los Museos Capitolinos, en Roma, cuya ubicación originaria estuvo en el Templo de Marte del Foro de Augusto.
Es cierto, aclara Acuña, que en los yelmos de Marte la cimera suele tener penachos más amplios y separados entre sí, pero no lo es menos que existen pequeños bronces de esta divinidad con cimeras de forma parecida a la de Poza.
Respecto al brazo, su masculinidad vendría avalada por otras piezas catalogadas similares a la de Poza, procedentes en concreto de Marruecos. Acuña descarta, tanto por la posición del brazo como de los dedos, que la mano estuviese agarrando una lanza. Más bien supone que, aunque en principio pueda recordar a la posición de adlocutio (en arenga), el brazo estaba dirigido hacia abajo, sujetando un escudo apoyado en el suelo.
Valga, pues, esta atribución de la escultura thoracata pozana a Mars Ultor como la más fundada. Quizá solamente una excavación sistemática de la que nuestros mayores conocieron como la Ciudad del Milagro, podría ayudar a aclarar esta y otras incógnitas del remoto pasado de Poza de la Sal.
Jaime Urcelay
(Actualizada el 22/01/2023).
(1) Thoracatas se denominan las esculturas romanas en las que el personaje porta vestimenta militar y, más específicamente, la característica coraza. En el catálogo del Museo de Burgos de 1935 el brazo se atribuye a una estatua femenina, probablemente la diosa Minerva. La cimera de casco y los fragmentos de correaje se suponen de la misma estatua (Martínez Burgos, M.: Catálogo del Museo Arqueológico Provincial de Burgos, Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Arqueólogos, Madrid, 1935, págs. 68 y 69). En la guía del Museo de 1955 se repite una información similar (Osaba y Ruiz de Erenchun, B.: Museo Arqueológico de Burgos, Publicaciones de la Dirección de Bellas Artes, Madrid, 1955, pág. 58).
(2) Sobre las vicisitudes de esta línea de ferrocarril puede verse la obra colectiva Santander-Mediterráneo. El ferrocarril que perdió el norte, Editorial Dossoles, Burgos, 2011. En el libro hay un interesante capítulo –El tren de la sal-, escrito por Benito del Castillo Garcia, dedicado a Poza y con referencias -alguna no del todo precisa- a la destrucción de los restos de la ciudad romana. Cuenta, entre otras cosas, como, pasados los años, él mismo consiguió llevar a un viejo obrero («Navarro») a un programa de TVE, en el que contó que «el capataz les pagaba un duro extra si ponían un cartucho de dinamita y la explotaban para balastro en el hueco de cada pétrea sepultura bimilenaria hispanorromana» (Cfr. pág. 199).
(3) El Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos publicó en sus números 24 (1er. trimestre de 1928) y 25 (4º trimestre de 1928), tres notas que en buena medida clarifican lo ocurrido y el papel desempeñado por la propia Comisión y por las autoridades ante semejante despropósito. La del nº 24 está incluida en Acuerdos y noticias, sin firma; las del nº 25 están firmadas por por Matías Martínez Burgos y llevan por título, respectivamente, Hallazgos arqueológicos en Poza de la Sal e Historial de la Comisión. Sesión del 11 de octubre de 1928. Aporta también otros detalles de lo sucedido la nota del profesor Martínez Santa-Olalla Hallazgos romanos en Poza de la Sal, publicada en la portada del Diario de Burgos de 21/09/1928 y reproducida junto a estas líneas.
(4) Julio Martínez Santa-Olalla nos dejó una completa descripción de lo que debió ser Flavia Augusta y de los hallazgos romanos en Poza, incluidos los fragmentos de la escultura de bronce, en Antigüedades romanas en Poza de la Sal (Burgos), Anuario de Prehistoria Madrileña, volúmenes II-III, 1931-1932, págs. 125 a 175. Acompaña al artículo, firmado en 1928, un abundante material gráfico en 26 láminas. Respecto a las dos inscripciones marmóreas que menciona, han sido descritas en detalle por José Antonio Abásolo y María Lourdes Albertos en el estudio Acerca de unas inscripciones de Poza de la Sal (Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, nº XLII, Universidad de Valladolid), 1976, pág. 404. Corresponden a las inscripciones 9 y 10 , de las cuales los autores acompañan las correspondientes fotografías. El dato de la profundidad a la que se encontraban los restos solo lo he encontrado en Acuña Fernández, P.: Esculturas militares romanas de España y Portugal. Tomo 1. Las esculturas thoracatas, Biblioteca de la Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Delegación de Roma, Burgos, 1975, pág. 115.
(5) Se trata de la exhaustiva monografía que ya he citado al final de la nota anterior, cuyo origen está en la tesis doctoral de su autora. La escultura de Poza aparece con el número XXX y a ella se dedican las páginas 115 a 118 y las figuras 95 a 103 (Lams. LXIX a LXXI). Además de este estudio, es muy útil para una contextualización general en el conjunto de la romanización de la provincia de Burgos el trabajo de David Pradales Ciprés y Julio Gómez Santa Cruz Arqueología romana de la provincia de Burgos. Orígenes y desarrollo, publicado en tres entregas consecutivas por el Boletín de la Institución Fernán González (nº225/año 2002, nº226/año 2003 y nº227/año 2003). Hay que señalar que el profesor Antonio García y Bellido no incluyó los fragmentos de la thoracata de Poza en su obra clásica y de referencia sobre las esculturas romanas de la península. Sí se refiere, en cambio, a las estelas oikomorfas del mismo origen (ver García y Bellido, A.: Esculturas romanas de España y Portugal, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1949, tomo 1, pág. 347 y ss).
(6) Sobre el culto a Marte en Hispania y su significado, vid. Cases Mora, N.: «El culto a Marte Augusto en Hispania: una aproximación epigráfica», en Recorridos por la Antigüedad. Actas del IV Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores del Mundo Antiguo (CIJIMA IV), Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía, Universidad de Murcia, Murcia, 2020.
Pingback: Hallazgos de Poza de la Sal | Denarios Ibéricos