Javier Urcelay, pregonero de las Fiestas Patronales de Poza de la Sal 2022

Javier Urcelay termina su pregón de las Fiestas de Poza de la Sal tocando el típico cornetín anunciador (Foto: Diario de Burgos).

Desde el lunes 26 de septiembre y a lo largo de toda la semana pasada, se han celebrado en Poza de la Sal (Burgos) las Fiestas Patronales de San Cosme y San Damián. Días de alegría y reencuentro para los pozanos, en este 2022 han tenido un significado muy especial para nuestra familia Urcelay, tan vinculada a este pueblo de La Bureba burgalesa: mi querido hermano Javier ha tenido el privilegio de pronunciar el tradicional pregón con el que se inician las Fiestas.

Naturalmente, no puedo dejar de compartir aquí, lleno de orgullo, el texto completo de su discurso a los vecinos de Poza desde el emblemático Balcón del Conjuradero.

Excelentísimo Sr. Alcalde; autoridades municipales; vecinos de Poza, visitantes y amigos todos.

Agradezco al alcalde el honor que me hace designándome pregonero de las Fiestas Patronales de Poza de este 2022. Lo hago desde el recuerdo a mi padre, a mis abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, que desde 1855, en que el primer Urcelay llegó a Poza procedente de tierras guipuzcoanas, nos fueron trasmitiendo su amor por este pueblo, que más que un afecto humano es entre nuestra familia casi una devoción religiosa.

Las Fiestas Patronales de Poza se hacen en honor de los santos Cosme y Damián. Son los patronos de Poza, y también los titulares de nuestra iglesia, que se construyó ¡hace la friolera de 700 años! En su fachada podemos ver a nuestros patronos Cosme y Damián en piedra, obras de Sebastián López de Frías, que tenía su taller en Poza.

También podéis verlos en dos preciosas imágenes en el retablo del altar mayor.

Los santos Cosme y Damián coronando la actual puerta principal de la iglesia parroquial, de la que son titulares, en Poza de la Sal (Burgos). Son obra, encargada en 1648, del escultor Sebastián López de Frías, de quien sabemos que fue vecino de la villa (Foto: Jaime Urcelay).

Pero, ¿quiénes fueron los Santos Cosme y Damián?

Según la tradición, nacieron en Arabia en el siglo III en una familia cristiana, estudiaron medicina en Siria y ejercieron su profesión en la parte asiática de la actual Turquía. Se hicieron famosos, porque no cobraban a los enfermos. Por eso les llamaban los anargyroi, o sea, los desprendidos, los desinteresados.

En la persecución contra los cristianos emprendida por Diocleciano fueron decapitados, y después enterrados en Siria, y pronto venerados por la Iglesia como mártires.

El emperador bizantino Justiniano se curó milagrosamente por la intercesión de los dos santos, y mandó construir en su honor un gran templo. A partir de entonces, empezaron a peregrinar al lugar muchos enfermos, y se extendió la fama de curaciones milagrosas.

Y, ¿qué tiene que ver Poza con unos santos nacidos en Oriente Medio? ¿Por qué se convirtieron en nuestros patronos allá por los siglos XIII o XIV? ¿Es que no podíamos haber elegido un santo más relacionado con nuestra tierra, como San Íñigo de Oña, que fue abad en el monasterio de San Salvador de Oña aquí al ladito, o San Sisebuto de Cardeña, por poner otro ejemplo, ya que la primera iglesia que existió en Poza dependía de este monasterio burgalés?

Como hemos dicho, el culto a San Cosme y San Damián se extendió rápidamente por toda Europa y arraigó también en Burgos, donde San Cosme y San Damián son titulares de por lo menos once iglesias de la provincia, incluyendo la de Poza.

Procesión con las reliquias de San Cosme y San Damián por la calle de las Procesiones, en Poza de la Sal, año 1964. El origen de la devoción a los santos hermanos médicos se remonta, probablemente, a los siglos XIII-XIV (Foto: Mercedes Pérez, reproducida en el libro Poza de la Sal. Retorno al origen).

Para explicarse la elección de los santos Cosme y Damián como patronos de Poza, hay que entender algo que hoy nosotros podemos comprender muy bien, mejor quizás que nuestros padres o abuelos.

Pensemos que, durante siglos, las poblaciones vivieron sometidas a la aparición de epidemias, y en particular de la terrible peste, considerada -junto con las hambrunas y la guerra-, uno de los azotes de la humanidad, uno de los tres jinetes del Apocalipsis.

La epidemia de peste de 1348 -fecha no muy lejana a la de la construcción de la iglesia de Poza- causó ¡veinticinco millones de víctimas en Europa!

También hubo epidemias en 1493, en 1565 y entre 1598 y 1602, ¡cuatro años de epidemia!

La peste causó la muerte a familias enteras de Poza. Como no se sabía cómo se trasmitía la enfermedad, se tapiaban las casas de las familias afectadas con los enfermos moribundos dentro, para evitar contagios.

La peste de 1699 causó 500 muertes en Poza, ¡que tenía entonces una población de 1600 habitantes!, y la de 1763 dejó en Poza 250 a 270 muertes. ¡Sólo en Poza!

¿Os podéis imaginar aquello?

¡No había generación que no tuviera que afrontar una terrible epidemia de peste en el curso de su vida!

De izquierda a derecha, Aurelio Saiz Aldama, médico de Rojas de Bureba, Julio Parra del Alcázar, médico con ejercicio en Poza de la Sal, y Julio Camino Galicia, médico militar destinado en los pueblos de la sierra de Oña. Ejemplos de profesionalidad, abnegación y entrega a sus semejantes durante la pandemia de gripe de 1918. El doctor Parra falleció contagiado por los enfermos a los que atendió, al igual que ocurrió con Fabio del Moral Ruiz Capillas, de 30 años, médico titular de Poza de la Sal (Fotos de P. Saiz de la Hoya y E. Lagasca, reproducidas en el libro de José María Eiros et al. «La pandemia de gripe de 1918 en Burgos»).

Y eso sin contar las epidemias de viruela, de cólera u otras, como la de la mal llamada “gripe española” que empezó en 1918. Esta última dejó en Poza en torno a cien fallecidos sólo en su primer año, incluidos dos médicos que ejercían en el pueblo y murieron tras contagiarse atendiendo a los enfermos.

¡No sé si entonces se aplaudiría su heroísmo desde las ventanas, como hicimos todos hace sólo dos años!

Durante siglos, se vivió bajo la amenaza constante de terribles epidemias y los pueblos elevaban los ojos al Cielo invocando la protección divina, mediante la intercesión de los santos. Entre ellos figuraban en lugar destacado los santos médicos Cosme y Damián, que venían precedidos de su fama de mediadores de curaciones milagrosas.

Nosotros creíamos que todo eso de las epidemias había quedado atrás y pertenecía al pasado, pero de golpe un virus nos ha roto los esquemas.

Ahora entendemos mejor a aquellos pozanos de los siglos pasados, porque también nosotros nos sentimos ahora tripulantes de la barca frágil de la condición humana.

Las Fiestas Patronales 2022 de Poza de la Sal en Diario de Burgos del 27/09/2022

La epidemia del covid, que todavía no sabemos si ha acabado o no, nos ha cambiado la vida a todos. Nos ha mostrado nuestra vulnerabilidad esencial a pesar de todos los progresos. Nos ha hecho volver la mirada a lo fundamental. Ha puesto en valor la labor de sanitarios, servidores públicos, cajeras de supermercado y tantas personas que se han puesto en riesgo personal por hacer posible que continuara nuestra vida, poniendo de manifiesto nuestra mutua interdependencia.

Hemos vivido dos años en los que hemos visto enfermar, y quizás morir, a familiares o personas próximas; en los que hemos sentido todos el temor a contagiarnos; en los que hemos vivido acongojados cada vez que encendíamos el televisor. Vivo en Madrid a 500 metros del Palacio del Hielo, ¿cómo podré no acordarme, cuando paso por allí, de aquellas imágenes de la pista de hielo cubierta de ataúdes?

Nos habíamos acostumbrado a vivir sin riesgos, a sentirnos autosuficientes e inmunes a las desgracias del pasado, y de golpe nos hemos encontrado que un virus puede alterarlo todo … y hasta ha regresado el fantasma de una guerra que considerábamos definitivamente ahuyentada de las fronteras de Europa, e incluso se habla estos días del riesgo de una posible Tercera Guerra mundial.

¡Estuvieron bien elegidos Cosme y Damián como patronos de nuestro pueblo! Y hoy, más que olvidarnos de ellos, parece el momento para votarles otra vez para que lo sigan siendo; para que no se olviden de Poza y los pozanos y sigan protegiéndonos.

Javier Urcelay, en el Balcón del Conjuradero, sobre la Plaza Nueva de Poza de la Sal. Al fondo, la casona de los Salazar, de finales del siglo XVII (Foto: Carmen Gorbe).

Este año, podemos disfrutar otra vez de nuestras Fiestas Patronales de San Cosme y San Damián a pleno pulmón, y eso hace que nuestro júbilo sea aún mayor.

Ya la cosecha debe estar en los graneros, la sal en los almacenes, y las uvas oscureciendo, es lógico que se preparen con alegría las fiestas después del arduo verano”. Así concluía su pregón Benito del Castillo en 1982.

Hoy apenas si hay en Poza trigales ni viñedos, y nuestras seculares salinas se han perdido quizás para siempre. Eso ha cambiado también el sentido de nuestras fiestas y tradiciones. Nuestras fiestas patronales de San Cosme y San Damián eran antes fiestas para descansar después del duro trabajo del verano, la siega, la trilla, la recolección y la vendimia. Hoy, por el contrario, más bien son fiestas para despedir a los meses de descanso, antes de volver de nuevo al trabajo. Fiestas que ponen fin al relajo de las vacaciones, y en las que aprovechamos para disfrutar y despedirnos de muchos amigos y familiares hasta el año que viene, antes de volver cada mochuelo a su olivo: el estudiante a sus libros, el ama de casa y el pensionista a sus rutinas diarias, y el currante al “andamio” en el que cada uno se gane la vida.

Cambian los tiempos, pero no cambian las cosas que de verdad importan en la vida.

Queridos pozanos, toco el cornetín de los antiguos pregoneros, que me he comprado para la ocasión, y…

 Por orden del Señor Alcalde, se hace saber que comienzan las fiestas patronales. ¡A disfrutar, reír, bailar, beber (con moderación) y pasarlo bien! ¡Y a mantener nuestro pueblo limpio y cuidado!

¡Viva San Cosme y San Damián!

¡Viva la Virgen de Pedrajas!

Gritad todos conmigo:

¡Viva Poza de la Sal!               

Por la transcripción,

Jaime Urcelay                                        

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