Hoy hemos tenido tarde de cine en familia, en esta ocasión para ver la recién estrenada película británica “Espías desde el cielo” (el título original es “Eye in the sky”), dirigida por el sudafricano Gavin Hood y cuya principal protagonista está interpretada por la actriz Helen Mirren.

Me ha parecido una película muy entretenida, que ha conseguido mantenernos en tensión desde el primer momento hasta el final y que, además, hábilmente nos ha sumergido en un planteamiento de fondo sencillo, pero suficientemente interesante.

Su hilo argumental gira   –con realismo y sin concesiones a inverosímiles fantasías–  en torno a una operación del servicio de inteligencia británico contra un grupo yihadista que opera en Nairobi, Kenia, en el que se integran jóvenes occidentales. Quizá lo más novedoso y llamativo sea el medio utilizado para combatir a los terroristas: drones dirigidos remotamente desde distantes despachos y salas de control.

Un contexto que pronto conduce al enunciado de un dilema moral límite, que, de un lado, permite entender bien cómo, incluso con la mediación de la tecnología más sofisticada, las decisiones morales corresponden siempre a personas de carne y hueso, con sus principios y sus motivaciones. Y que, de otra parte, nos sitúa ante diferentes niveles de análisis de la moralidad de una acción de “doble efecto”, un tema no poco complejo.

En definitiva, una película recomendable, aunque en la historia que presenta no falte un punto de dureza, en este caso necesaria para llevar al espectador al deseable compromiso en su opción moral.

Jaime Urcelay

Publicado en el blog de Profesionales por la Ética.