Vuelvo otra vez sobre el tema del perfil de competencias del liderazgo (ver en este mismo blog Lideres: desarrolladores, educadores y entrenadores), un tema clave para poder acertar en el enfoque de los programas y acciones de desarrollo de la función -si es que puede llamarse así- que quizá resulta más determinante del desempeño de todo tipo de organizaciones.
Y lo hago ahora a propósito de una reciente investigación de McKinsey que me ha resultado muy clarificadora al identificar la solución efectiva de problemas como una de las cuatro competencias decisivas para el desarrollo del liderazgo (1).
Es patente que seguimos sin respuestas definitivas sobre los atributos decisivos del liderazgo, entre otras razones porque la experiencia nos enseña que la perspectiva situacional o de contexto es inseparable de su ejercicio. Pero investigaciones serias como la de McKinsey son útiles para correlacionar, en términos generales, competencias de liderazgo y éxito en su práctica.
Aportación de valor del desarrollo de la competencia solución efectiva de problemas
Que esta competencia aparezca en la investigación entre las cuatro decisivas para un liderazgo fuerte me ha ayudado a ordenar algunos de los aprendizajes de experiencias recientes de formación de managers, precisamente sobre análisis y solución de problemas.
Me refiero, muy en síntesis, a lo siguiente:
1. Es una competencia que es llave para otras competencias de liderazgo más o menos típicas. Desde luego para toma de decisiones de calidad, pero también para orientación a resultados, gestión del cambio, definición y clarificación de objetivos, innovación, perspectiva crítica, sentido estratégico, etc.
2. El trabajo para el desarrollo de esta competencia ayuda a adoptar el equlibrio deseable entre estrategia y operaciones, entre largo y corto plazo, entre visión global y visión de detalle. La falta de estos equilibrios es un verdadero talón de aquiles para muchos managers.
3. La profundización en actitudes y habilidades para la solución efectiva de problemas ayuda a descubrir y apreciar el valor de la diversidad, la multidisciplinariedad y las sinergias. Es un buen impulsor de la comunicación y la colaboración horizontal e interdepartamental, tan problemática en muchas organizaciones.
4. Igualmente es una buena herramienta para desarrollar el realismo, el hábito de la gestión basada en datos, el rigor y la utilización de indicadores. Hace, al cabo, entender el valor de la información así como el de su recopilación, estructuración y análisis sistemáticos.
5. Los procesos de análisis y solución de problemas realizados en equipo y con metodologías adecuadas son un camino eficaz para alinear a las personas, estimular su compromiso y prepararlas para la acción posterior.
En definitiva, las acciones para el desarrollo de la competencia análisis y solución efectiva de problemas creo que pueden ser, si se llevan a cabo con un planteamiento adecuado, una magnífica palanca para hacer crecer, con sentido práctico, el liderazgo en cualquier organización.
Jaime Urcelay
(1) Las conclusiones de dicho estudio aparecen en el trabajo de Claudio Feser, Fernanda Mayol y Ramesh Srinivasan Decoding leadership: what really matters, McKinsey Quarterly, January 2015. Partiendo de un listado de 20 competencias básicas de liderazgo, 189.000 personas de 81 organizaciones evaluaron la frecuencia de su aplicación. Los encuestados pertenecientes a las organizaciones con mejor liderazgo señalaron 4 tipos de comportamientos o competencias que explican el 89% de las variaciones respecto a las organizaciones con liderazgo débil: solución efectiva de problemas; operación con una fuerte orientación a resultados; búsqueda de diferentes perspectivas; y apoyo de otros.
Gracias por tu aportación, los que trabajamos gestionando equipos, ahora mas que nunca es importate detectar esos líderes…. Gracias, lo he comparetido a través de LindekIn.
Gracias Jaime.
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Muchísimas gracias a tí, Joaquina.
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