La primera vez que leí algo sobre la relación de José Ortega y Gasset (1883-1955) con Poza de la Sal (Burgos) fue en un precioso artículo del periodista, pozano de nacimiento, Miguel Ángel Velasco. Se titulaba «Poza de la Sal. Relicario de Castilla la Vieja» y apareció publicado en un diario nacional en el año 1978 (1).
Escribía entonces Velasco:
[Ortega y Gasset] cayó por Poza una tarde, así por casualidad, y desde entonces la visitaba todos los años que podía, porque lo consideraba «uno de los pueblos más interesantes de nuestra patria.
Muchos años después, cuando mi hermano Javier y yo pedimos a Velasco que prologara nuestro libro Páginas de la Historia de Poza de la Sal, nuevamente se refirió a Ortega para poner en su boca la frase lapidaria con la que el ilustre pensador se refería a Poza: Relicario de Castilla.
En la propuesta de declaración de Poza como Conjunto Histórico-Artístico (1979)
Di después con otro texto que citaba también la anécdota. En esta ocasión era el dictamen que el erudito arquitecto y académico Fernando Chueca Goitia (1911-2004) presentó en la Real Academia de la Historia en relación con la propuesta para que la villa de Poza fuese declarada Conjunto Histórico-Artístico (2).
Lleva fecha de 5 de febrero de 1979 y también se refiere al vínculo del autor de La rebelión de las masas con nuestro pueblo:
Don José Ortega y Gasset la visitó [Poza de la Sal] muchas veces, llevado cada vez de un mayor entusiasmo. Gran conocedor de muchos y recónditos aspectos de nuestra España, la consideraba uno de los lugares más prodigiosos que en ella podían encontrarse.
Por su parte, Fray Valentín de la Cruz, hijo de Poza y Cronista Oficial de la Provincia de Burgos, dedica una mención a este asunto en su libro Poza de la Sal. Cuerpo y alma de una villa salinera (3):
Don José Ortega y Gasset, y el cronista lo sabe de buena tinta, recorrió el Páramo una vez cada verano, desde el cruce de la carretera de Villarcayo hasta el pueblo, donde le aguardaban baño mesa y mantel. Gustaba de veranear en Santander y en compañía de un buen amigo y colega en la Universidad Central, don Julio Martínez Santaolalla, pozano distinguido. Aquel paseo anual de 14 Kms. decía Don José que le tonificaba el alma definitivamente; bajo la luz veraniega el filósofo percibía los silencios y las músicas, la vida y el ensueño de una planicie que se convertía en bandeja de plata.
También mi admirado Feliciano Martínez Archaga (Don Feliciano) -a quien tanto debemos, no solo por su prolongada cura de almas como párroco en Poza entre 1966 y 1987, sino también por su meritorio rescate de nuestra historia local- nos confirmaba hace unos años a Javier y a mí la habitual presencia del filósofo en Poza (4):
No sé si saben que Ortega y Gasset cuando iba en dirección de Santander y demás, solía todos los años aprovechar para bajar por el Páramo, dejaba el coche en la última curva y luego se embozaba por el interior de aquellas calles que para él eran… [aquí Don Feliciano enganchó con otro tema distinto].
El propio Don Feliciano había publicado el 11 de octubre de 1973 en el Diario de Burgos un artículo titulado «Poza de la Sal Relicario Histórico Artístico», en el que literalmente afirmaba:
El doctor arqueólogo D. Julio Martínez Santa-Olalla, que dirigió en su día los estudios realizados sobre la ciudad romana acá descubierta, y que hace dos años falleció siendo profesor de Historia del Arte Primitivo en la Universidad Central, próximo a su muerte y en carta que conservo como un recuerdo, califica a Poza de «verdadera joya», y añade que Ortega y Gasset -hombre grande en tantos aspectos- lo visitaba todos los veranos que podía, por considerarlo uno de los pueblos más interesantes de nuestra Patria.
Probablemente este fue el texto en el que se basó Miguel Ángel Velasco para la mención con la que he empezado esta entrada.
Y hasta aquí todo lo que había conseguido averiguar sobre el tema hasta la fecha, que era poco aunque para mi ya suficientemente sugestivo…
La amistad con Julio Martínez Santa-Olalla
Así andaba hasta que he tenido la fortuna de dar con la interesante nota biográfica que sobre el Catedrático de Historia del Arte, Arqueología y Numismática y eminente arqueólogo Julio Martínez Santa-Olalla (1905-1972) publicaron en 2002 Ana Isabel Ortega y Salvador Quero (5). El biografiado -al que ya hemos visto que se referían Fray Valentín de la Cruz y el P. Martínez Archaga-, aunque nacido en Burgos, era hijo de pozanos: el General José Martínez Herrera y Consuelo Santa-Olalla Cadiñanos.
A este trabajo de Ortega y Caro pertenece la cita que copio aquí:
En estos años de especialización académica [se refieren a los primeros años 30] mantuvo una activa correspondencia con lo más granado de la intelectualidad española e internacional, mantuvo una estrecha amistad con José Ortega y Gasset con quien acudía a veces a Poza de la Sal a donde llegaban en automóvil que abandonaban al pie de la villa, pues a don José, según cuentan los ancianos de Poza, le gustaba mucho la vista del pueblo desde abajo.
Con estas referencias el tema está algo encaminado, aunque pendiente de que entre unos y otros podamos completarlo. Ojalá algún amable lector de estas notas pueda aportarnos algún recuerdo o fuente que nos permitan conocer mejor la relación de quien es considerado uno de los filósofos españoles más influyentes del siglo XX y nuestra querida villa de Poza de la Sal. Ahí quedan la invitación y el desafío.
Jaime Urcelay
PD: va de suyo que la imagen que encabeza este texto no es más que un voluntarioso, pero poco experto, montaje fotográfico, hecho para esta ocasión. Con todo, a mi no me cuesta demasiado imaginarme a Don José disfrutando de su paseo por las calles o los campos de Poza, en un día de almendros florecidos, mientras cavilaba sobre el valor de las circunstancias en nuestra vida personal o, quizá, sobre el nacimiento de la unidad de España en Castilla…
(Entrada actualizada el 10/03/2023),
(1) Ya, 30 de julio de 1978.
(2) Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo CLXXXVIII – Cuaderno I, Madrid, Enero-Junio de 1981.
(3) Editorial La Olmeda, Burgos, 1992, pág. 96.
(4) «Con la historia de Poza al fondo. Conversación con don Feliciano Martínez Archaga», en Urcelay, J. y Urcelay, J.: Páginas de Historia de Poza de la Sal, Colección Pueblo y Tierra, Ciudadela Libros, Madrid, 2011, pág.223.
(5) Ortega, A.I. y Quero, S.: «Julio Martínez Santa-Olalla», Zona Arqueológica nº 1, 2002, págs. 194-213.