Poza de la Sal en «El Carnaval (Análisis histórico-cultural)», de Julio Caro Baroja

Cartel oficial del Carnaval 2022 de Poza de la Sal (Diseño: Manu Gil. Foto: Ayuntamiento de Poza de la Sal).

Como en otras muchas poblaciones de toda España, acaban de dar comienzo en Poza de la Sal (Burgos) las tradicionales fiestas de Carnaval, que preceden a la Cuaresma cristiana.

Sabemos que el Carnaval tuvo gran popularidad en Poza, tal y como Cristóbal Cuevas y el que esto escribe tratamos de reflejar con detalle en el correspondiente capítulo de nuestro libro Poza de la Sal. Retorno al origen (1). Nos basamos, para ello, en la investigación de Feliciano Martínez Archaga en los archivos (2) y en algunos valiosos testimonios de los tiempos en los que Poza era todavía un pueblo rebosante de vida, antes del traumático éxodo rural (3). Cristóbal, por su parte, había publicado ya antes unas notas sobre los personajes de Zamarro y Cachibirlo (4).

Lo que no conocíamos -al menos, yo-, cuando nos documentamos para dicha publicación, es que el gran sabio y etnógrafo Julio Caro Baroja había dedicado algunas páginas de su erudito libro El Carnaval (Análisis histórico-cultural) (1965) (5) precisamente a determinadas fiestas tradicionales de Poza. El hallazgo, que debo a Manu Gil, bien merece una reseña.

El ciclo carnavalesco visto por Julio Caro Baroja

Julio Caro Baroja (Madrid, (Madrid, 1914 – Vera de Bidasoa, Navarra, 1995), notable antropólogo, historiador, lingüista, folklorista y ensayista.

No puedo detenerme aquí sobre el contenido general de este interesantísimo -y no poco desordenado- libro de Caro Baroja, tan lleno de sugerencias, pero sí es necesario, antes de adentrarnos en sus páginas pozanas, aclarar que para este estudioso, tan celoso siempre de la independencia de sus enfoques, nuestro Carnaval no es una fiesta de origen pagano, como comúnmente se dice. Por el contrario, sostiene, es, quiérase o no, un hijo (aunque sea hijo pródigo) del cristianismo, que no existiría sin la idea de la Cuaresma, lo que no quita que en sus caracteres quedaran incluidas, dentro del ciclo carnavalesco, varias fiestas de raigambre pagana.

Portada de la edición de 2006 de «El Carnaval» de Julio Caro Baroja.

De este modo, el Carnaval sería consecuencia de la existencia, desde la Edad Media europea, de un orden del año cristiano, en el que, junto con un período con un contenido social y religiosamente definido, hay otro inmediato caracterizado por un comportamiento individual y colectivo contrario justamente al que caracteriza o debe caracterizar al otro. Las licencias y excesos carnavalescos serían así, siempre según el célebre antropólogo, una forma de conseguir el equilibrio psíquico y social, solo entendible y posible mientras el hombre ha creído que, de una u otra forma, su vida estaba sometida a fuerzas sobrenaturales o praeternaturales.

La anterior precisión es importante porque explica que el libro El Carnaval incluya un conjunto de fiestas de un tiempo amplio del año -el período invernal-, que, en algunas localidades, podía llegar a extenderse desde el final de la Navidad, en el inicio del año, hasta la Cuaresma. En dichas fiestas se repiten o repetían ciertas experiencias, ciertas maneras de comportarse socialmente, de las que Caro Baroja recapitula en su libro numerosos y variadísimos ejemplos de toda la geografía española, de los que se desprende una idea de generalización y, a la vez, de fragmentación.

Poza de la Sal: grupo de vecinos disfrazados durante los Carnavales de 1924. Detrás, la antigua hospedería del santuario de Nuestra Señora de Pedrajas (Foto: Archivo Carlos Sainz Varona).

Evidentemente, ese enfoque no coincide, por su amplitud y alcance temporal, con lo que en Poza, desde que existe memoria, se ha denominado Carnaval o Antruejo, cuyo núcleo era una fiesta de mascaradas que, como ocurre en la actualidad, se iniciaba el llamado Jueves de Todos y finalizaba el martes previo al Miércoles de Ceniza, con el Entierro de la Sardina. El día de algún modo central era el Domingo Gordo, con la salida de las cuadrillas disfrazadas y sus orquestas.

Las fiestas de gallos y el Escarrete de Poza de la Sal

Uno de los actos que Caro Baroja identifica como característicos del Carnaval son los actos de correr gallos, si bien, afirma, se encuentran en otras fiestas del año. Junto a ejemplos de la literatura clásica española del llamado rey de gallos, se refiere con cierta extensión a las corridas de gallos que se celebraban en Madrid, en diferentes pueblos castellanos, en Galicia y en Asturias. Menciona también Burgos -en algunos de cuyos pueblos, según expresa, la fiesta tenía también mucha importancia– y el gallo de marzo de la tierra vasca. El gallo, explica, es una especie de símbolo de la vida, el expulsor de los espíritus malignos, diablos, brujas, etc., en el folklore indoeuropeo en general.

Fiesta de San Blas (3 de febrero) en Poza de la Sal: una de las mozas, ataviada con el traje tradicional del país, ejecuta la danza del Escarrete alrededor del gallo. Desde 1998 es Fiesta de Interés Turístico Regional (Foto: Burgos sin ir más lejos)

Particular atención presta, dentro de nuestra provincia, al caso de Poza de la Sal, basándose, según escribe, en un informe de Domingo Hergueta que he podido ampliar gracias a doña Dolores Calderón Cariñano, que ha residido toda su vida allí y que me ha hecho rectificar ciertas noticias tomadas de Hergueta. Sigue a esta aclaración una completa narración de cómo se celebraba en Poza la Fiesta de San Blas, empezando por el día de la víspera y culminando con el famoso baile del Escarrete. Caro Baroja considera que, de todas las fiestas de gallos que describe, la de Poza es la que ostenta caracteres más acusados.

Esta referencia detallada a nuestra Fiesta de San Blas, que por su extensión no puedo reproducir aquí completa, es de mucho interés. En primer lugar, por lo que nos puede aportar su encuadramiento en los actos carnavalescos de correr gallos. En segundo lugar, porque completa el testimonio que ya conocíamos del libro de Hergueta de 1934 con la cita de una versión anterior bastante más antigua del mismo autor, en concreto de 1919 (6), y la referida rectificación de detalles proporcionada por la señora Dolores Calderón.

Las máscaras fustigadoras y la tradición de Los Negros de Santa Agueda, de Poza de la Sal

Poza de la Sal aparece por segunda vez en el libro de Caro Baroja en el capítulo dedicado a las máscaras fustigadoras, otro de los actos que considera característico del ciclo carnavalesco en ciertas regiones de España, aunque aparece en muy diferentes fechas del año, incluida la Pascua de Resurrección.

Fiesta de Santa Águeda (5 de febrero) en Poza de la Sal: mozos tradicionalmente conocidos como Los Negros (Foto: Poza de la Sal Cultura).

Entre otros muchos ejemplos aparece el colacho burgalés, con el que este gran etnógrafo relaciona a los mozos de Poza de la Sal, en la misma provincia de Burgos, que el día de Santa Águeda salían con el rostro completamente tiznado de hollín y un rabo de buey de color distinto cada uno, refiriéndose de este modo a los conocidos en nuestro pueblo como Los Negros.

Sobre ellos, reproduce el testimonio que ya conocíamos de Hergueta de 1934, si bien nos revela que ya lo había publicado antes, al igual que lo referente al Escarrete, en 1919, lo que no deja de tener su interés desde el punto de vista de la cronología de la costumbre de Los Negros.

Añade además el libro El Carnaval, al que me estoy refiriendo, una curiosa observación de su autor respecto al pelo del rabo de buey que Los Negros entregaban a las mujeres que entregaban donativos:

El señor Hergueta dice que este pelo les servía como resguardo para que otros mozos no les volvieran a pedir. Pero yo pienso que primitivamente se consideraría que tendría ciertas virtudes especiales. Hay que tener en cuenta que el día de Santa Águeda es en España el día de las mujeres casadas, en el que (…) se celebran muchos ritos de fecundidad todavía.

El Cachibirlo y los Zamarros de Poza de la Sal

Tradicionales del Carnaval de Poza, tal y como dejamos anotado en el referido Poza de la Sal. Retorno al origen, son los personajes de Zamarro y Cachibirlo. A ellos se refiere también Caro Baroja en su tercera referencia a nuestra villa, en este caso algo perdida entre sus prolijas y eruditas notas a pie de página. Apunta Caro Baroja lo siguiente:

El hecho de que en este pueblo (Poza de la Sal) en Carnaval, el jueves que llaman de «todos», salgan a las doce de la noche los mozos vestidos con unas zamarras de piel de carnero y con la mayor cantidad de cencerros que pueden, que alquilan a los pastores, con grandes trallas en las manos, golpeando las puertas, nos hace pensar que entre máscaras y máscaras había una primitiva diferencia de muy considerable importancia. A estos enmascarados carnavalescos, que mientras era de noche no llevaban careta y que se la ponían al amanecer, llamaban en Poza «cachibirlos», según me ha comunicado Doña Dolores Calderón Cadiñano, palabra que claramente se emparenta con «cachibirrio», etc.

Carnaval de Poza de la Sal: El Cachibirlo con un zamarro (Foto: página de Facebook de Danzas de Poza de la Sal).

Coincide con este testimonio el que encontramos en el diario burgalés El Castellano de 27 de febrero de 1911:

(…) Son los ‘cachivirlos’, es decir, son los mozos del pueblo que siguiendo tradicional costumbre celebran el ‘jueves de todos’, disfrazados con la típica indumentaria de los pastores del país, una indumentaria compuesta de negras pieles de carnero, en forma de impermeable, con ‘aplicaciones’ de bronce con badajo…

Repasando las páginas de El Carnaval, encontramos un capítulo dedicado a Los zamarrones, en el que aparecen interesantísimas referencias literarias y folklóricas que dan idea de la gran antigüedad de estos personajes, que, con diferentes variantes y nombres, aparecen en distintos lugares del norte peninsular: Asturias, País Vasco, León, Burgos…

En el mismo capítulo hay también algunas consideraciones sobre el mencionado cachibirrio o cachidiablo, un personaje grotesco, un casi-diablo, que a veces se identifica con el jefe de la danza.

Conocer, contextualizar y valorar las tradiciones populares de Poza de la Sal

Hasta aquí las referencias a Poza de la Sal en el libro El Carnaval, obra básica para el conocimiento de las fiestas populares españolas, cuyo autor, Julio Caro Baroja, es considerado uno de los más grandes polígrafos españoles del siglo xx y un ejemplo de erudición, seriedad e independencia de corrientes o tendencias a la moda (6).

Un libro, en fin, que nos ayuda a valorar, conocer y contextualizar mejor las tradiciones populares de Poza, no ya solo por las referencias específicas que aquí he recopilado, sino también a través de los capítulos dedicados a otros actos carnavalescos que tuvieron asimismo su reflejo en nuestro pueblo, como fueron, entre otros, el santo burlesco, el entierro de la sardina, la destrucción de Judas o los ruidos y quebrantos.

Jaime Urcelay

(Entrada actualizada el 22/11/2022).

(1) Cuevas, C. y Urcelay, J.: Poza de la Sal. Retorno al origen. La identidad de la villa burgalesa a través de la fotografía antigua, auto-edición, Segovia, 2021. A las fiestas pozanas está dedicado el Capítulo 6: «De las fiestas y devociones», págs. 241 a 296.

(2) Martínez Archaga, F.: Poza de la Sal y los pozanos en la historia de España, Editorial Monte Carmelo, 2ª edición, Burgos, 2009. Las referencias a las fiestas aparecen en el Capítulo IX «Vida cultural», en las págs. 128 a 131.

(3) Nuestras principales fuentes fueron el libro de Domingo Hergueta Folklore burgalés (Diputación Provincial de Burgos, Burgos, 1934) y el interesantísimo trabajo académico inédito de María Teresa Torre «Comunidad rural: Poza de la Sal», redactado c. 1980 utilizando el testimonio, entre otros, de los ancianos del pueblo.

(4) Cuevas, C.: «El Cachibirlo y los Zamarros recorren las calles de Poza», Revista La Bureba 30 Días, núm. 171, marzo de 2020, pág. 18.

(5) Desde 1965 han sido varias las ediciones de este libro. He utilizado la que creo es la última. Vid. Caro Baroja, J.: El Carnaval (Análisis histórico-cultural), Alianza Editorial, Madrid, 2006. Las páginas sobre temas pozanos, a las que se ha dedicado esta entrada, se encuentran en las siguientes páginas: 88 a 90; 408; y 519-520.

(6) Se trata de un artículo, publicado en el año 1919 por entregas (también con el título Folk-lore burgalés) en la Revista Castellana. Lo concerniente a Poza aparece en la entrega III del núm. 31, Año V, abril de 1919, págs. 79 a 81.

(7) Cfr. nota biográfica en https://ediciones98.com/index.php/catalogo/julio_caro_baroja_semblanza_de_pio_baroja/

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