“Al trabajo no se viene a hacer amigos.” ¿Cuántas veces hemos oído esta frase? Yo, muchísimas y en ambientes laborales muy diferentes. Sí, pasa por ser la respuesta más obvia a un problema real que siempre, en mayor o menor medida, nos vamos a encontrar en el trabajo: conflictos en los que se mezcla lo personal y lo profesional. Un tipo de situaciones, a veces cotidianas, que se traducen en incomodidad y desgaste personal y, de más está decir, en importantes pérdidas de eficiencia en lo profesional.
Pero, ¿es verdad eso de que “al trabajo no se viene a hacer amigos”? Dejémoslo para el final. Antes veamos tres claves, sacadas de la experiencia, para abordar correctamente esas situaciones en las que la falta de sintonía personal perturba el entendimiento en lo profesional.