Curiosidades de Poza de la Sal: el templo de Suttunio y la iglesia de Santa María la Vieja

Talla de Santa María la Vieja, de Poza de la Sal, obra del siglo XII o XIII, restaurada en 2005.

(Nota.- El texto que sigue es continuación de las anteriores entradas de este blog tituladas El misterio de la ciudad romana de Flaviaugusta, en Poza de la Sal (Burgos)Poza de la Sal, verano de 1928: hallazgo y destrucción de Flaviaugusta y El enigma de las estelas-casa, de época romana, de Poza de la Sal. Por este motivo, en las citas bibliográficas que aparecen al final he omitido las referencias completas de aquellas fuentes ya citadas en dichas entradas anteriores).

De entre las interesantísimas anotaciones sobre Poza de la Sal, realizadas en 1528 por el embajador y poeta veneciano Andrea Navagero[1], son particularmente intrigantes las referidas al templo de Suttunio y a la iglesia de Santa María la Vieja. Ambas forman parte de esas espesas nieblas que envuelven la historia antigua de la villa.

Esto escribe el poeta y embajador veneciano:

(…) Y se ve parte de los muros de un Templo antiguo todavía en pie, del cual se ve todavía la inscripción, que muestra que era a un dios SUTTUNIO; el templo y la inscripción están en una iglesia en el valle, llamada nuestra Señora la vieja. Dicen los habitantes de Poza que aquella ciudad arruinada en tiempos de los moros, se llamaba Ciudad de Milagro.

A partir de estas intrigantes menciones, intentaré en este capítulo recoger cuanto he podido encontrar sobre ellas. Descubriremos un buen número de datos curiosos, ante los cuales uno no puede dejar de sospechar que se trata de teselas, más o menos conectadas, de un mosaico incompleto del que conocemos bastante poco.

Las menciones de Navagero al templo de Suttunio y la iglesia de Santa María la Vieja, de Poza de la Sal, en la primera edición de Il viaggio fatto in Spagna et in Francia. Fue realizada por Domenico Farri, en Venecia, en 1563, a partir del manuscrito de Navagero.

El misterioso dios Suttunio y su dedicante Lucius Aufidius Celer Masculinus

Comencemos por Suttunio, al parecer una divinidad indígena desconocida fuera de Poza.

Además de la mención de Navagero, siempre riguroso y fiable en sus apuntes, solo conocemos otras dos referencias directas de esta deidad.

La primera es la de Benedetto Ramberti, asimismo veneciano y contemporáneo de aquel. En su colección de epigrafías romanas recoge la transcripción de la inscripción, situándola cerca de Poza, en la ermita de S. María la vieja[2].

Fragmento de dos manuscritos del siglo XVII, pertenecientes a la Biblioteca Nacional, en los que se reproduce la dedicación al dios Suttunio en una piedra de Santa María la Vieja, en Poza de la Sal. El texto es el mismo en ambos documentos.

La segunda referencia corresponde a sendos manuscritos anónimos de la Biblioteca Nacional, parece que del XVII[3]. En ellos se dice que la dedicación a Suttunio está en una piedra antigua en Santa María la Vieja, que es en término de Poza una granja del Monasterio de Oña. Y nuevamente añaden la referencia a una ciudad antigua que los de Poza llaman Milagro.

La inscripción a la que ambas fuentes se refieren, con pequeñas diferencias entre ellas, se ha atribuido al siglo III. Se encuentra desaparecida y su lectura plantea algunas dudas[4]. El P. Fidel Fita propuso esta traducción, en la que transforma Suttunio por Suturnio[5]:

Sagrario del dios Suturnio. Lo hizo Lucio Aufidio Masculino, comandante, bajo las órdenes del coronel de caballería, alcalde de los castillos.

La epigrafía nos introduce también a un personaje muy interesante, al que ya hemos conocido a propósito de la identificación de Flaviaugusta: Lucius Aufidius Celer Masculinus.

Pero centrémonos de nuevo en Suttunio. ¿Sabemos algo más de este dios?

A falta de otra información directa, solo se ha podido especular sobre su origen cultural. La opinión más generalizada, como ya he apuntado, considera que se trata de un dios indígena -celtibérico y, más en concreto, autrigón-, pero no puede descartarse que fuese una divinidad romana, griega o fenicia, rebautizada por las tribus locales autrigonas.

Hübner pide sea nombre romano. Fita sugiere, como hemos visto, la identificación con Saturnio, calificativo clásico de Júpiter, hijo de Saturno. Y nuestro gran sabio Marcelino Menéndez Pelayo cita a Suttunio en los Preliminares de su Historia de los heterodoxos españoles entre los enigmáticos númenes de los celtas de la península[6]. Parece que ha de entenderse como la tesis hoy dominante su consideración como deidad indígena de la Hispania romana[7].

Pero la pregunta, como se ve, queda abierta.

En busca de un templo romano

En el texto que estoy comentando, Navagero hace referencia a un templo, que hemos de entender de época romana y que formaría parte de aquella ciudad arruinada en tiempos de moros, que dicen los habitantes de Poza (…) se llamaba Ciudad de Milagro, según refiere también el veneciano. En definitiva, de la estación romana que hoy conocemos como Flaviaugusta.

Santa-Olalla sostiene que en Flaviaugusta había, al menos, dos templos. El de Suttunio, afirma, era de dimensiones significativas, de orden toscano y se encontraba en el Milagro. Esta apreciación debió tomarla de Herrera Oria[8]. El segundo templo, dedicado a Júpiter, sería de tipo in antis y orden corintio, situándolo en la Vieja, próximo a las termas y la necrópolis, ya cerca del río Homino[9].

Sus consideraciones para la identificación de los templos, no parece que lleven a conclusiones demasiado terminantes. Lo único que sí es del todo claro es lo que registró Navagero al ver personalmente las ruinas en 1528: el templo estaba en la iglesia o ermita de Santa María la Vieja. Y esto nos lleva a una nueva pieza del rompecabezas… particularmente confusa.

Fragmento de rosetón románico con un margen billeteado. Procede, según Martínez Santa-Olalla, de la iglesia de Santa María la Vieja, de Poza de la Sal (Foto: Martínez Santa-Olalla).

La iglesia románica altomedieval de Santa María la Vieja

Respecto a la iglesia de Santa María la Vieja, mencionada también por los venecianos, se encuentra completamente desaparecida, sin más rastro físico que la fotografía de un fragmento de rosetón románico y una talla de la Virgen, cuyo origen se ha atribuido a dicha iglesia y actualmente guardada en la sacristía de la parroquia.

Pero hay algunos otros datos sobre este templo cristiano que son poco conocidos. 

Empecemos por aclarar que por La Vieja conocen los pozanos un amplio paraje o término que, un plano oficial de 1911[10] sitúa, sin límites precisos, lindando al norte con el arroyo de Valdélez; al sur, con el camino de la Tasuguera o Quintanilla, que enlaza con la carretera de Cornudilla; al oeste, con el viejo camino a Salas de Bureba; y al este con el río Homino.

Próximo a este paraje, en su lado oeste, están el término y cerro de Milagro -recordemos que en él se ha situado un castro prerromano, y, en concreto, autrigón-. También en el término de La Vieja está la Fuente de Santa Elena, que aún mana agua.

Fragmento del plano de Poza de la Sal de 1911 en el que se aprecia la ubicación del término o paraje de La Vieja y la granja o casa del mismo nombre.

Hay que aclarar asimismo que algunos autores, como Fidel Fita, Luciano Huidobro o Juan Manuel Fernández, confunden Santa María la Vieja con el Santuario de Nuestra Señora de Pedrajas -Patrona de Poza-. Creo que se trata de un error claro.

Y otra cuestión más antes de abordar los datos que anunciaba: en dicho paraje existe todavía hoy una granja o casa La Vieja, de cuyo exterior acompaño una imagen actual. Ya la hemos visto mencionar en los manuscritos de la Biblioteca Nacional y en los hallazgos arqueológicos de Flaviaugusta.

La granja está pegada a la carretera a Salas de Bureba. En su cuadra encontró el jesuita Enrique Herrera Oria, en los años 1916/1917, varios ejemplares de estelas-casa sarcófagos y otros restos arqueológicos. Y, cerca de su valla se situó lo que sin ninguna duda era una importante necrópolis romana y medieval. Es, sin duda, un lugar fundamental para nuestra historia.

Exterior de la Granja La Vieja, en las proximidades de Poza de la Sal (foto del autor).

Situados ya el término y la granja de La Vieja, veamos ahora las noticias a las que me refería, que ordenaré por orden cronológico. El asunto no es precisamente nítido…

Un cenobio benedictino dependiente de San Salvador de Oña

La primera información es del año 1546. Dos monjes benedictinos de Valladolid describen su camino desde Burgos a Oña, mencionado que ese día comieron en Santa María la Vieja[11].

En el siglo siguiente, el XVII, dos historiadores, también de la Orden de San Benito, nos aportan nuevos datos, muy significativos. Se trata de Fray Antonio de Yepes (Valladolid, 1552 – Ibid., 1618) y Fray Gregorio de Argaiz (Arnedo, La Rioja, 1602 -Madrid, 1678).

El primero afirma, en una obra de 1615, que entre los monasterios que fueron anexos a la Abadía de San Salvador de Oña, estaba el monasterio antiguo y priorato de monjes de Santa María la Vieja. Procedía de una donación realizada en 1322 por Inés Alonso[12].

Portadas de las respectivas obras de Fray Antonio de Yepes y Fray Gregorio de Argaiz, en las que se hace referencia a la desaparecida iglesia pozana de Santa María la Vieja. Ambos reseñan que formaba parte de un cenobio de la Abadía benedictina de San Salvador de Oña.

Por su parte, Argaiz, en 1675, dice que, cerca de la villa de Poza y junto al Camino Real para Burgos, había, en tiempos del Obispo Don Pedro, un monasterio dúplice con dos iglesias: Santa María y San Esteban de Villa Veife. Afirma que eran prioratos de la Abadía de Oña, hasta que se separaron de ésta para pasar a poder de la citada Inés Alonso, que en 1284 -la fecha no coincide con la de Yepes- los devolvió a los benedictinos, con grandes heredamientos de un lugar que allí había y sus diezmos. Tenía coro redondo, donde no podía entrar la Justicia de la villa de Poza.

Y añade otra información interesante:

Está hoy despoblado, las iglesias casi deshechas y maltratadas; aunque el día de San Esteban y otro de Nuestra Señora, va un monje a decir misa, para no perder la posesión. Llámase Santa María la Vieja.

Contemporánea de las crónicas de Yepes y Argaiz -en concreto, de 1632- es otra fuente que refuerza la vinculación de La Vieja con Oña y, a la vez, introduce en escena una nueva iglesia: San Marcos.

Se trata de un documento resumen de las visitas pastorales a la villa de Poza, en el que se menciona que el Real Monasterio de Oña tiene dentro de esta villa una granja, ciertas heredades y una iglesia de San Marcos, la que está abierta[13].

Como vemos, no se cita Santa María. Y respecto a San Marcos, ¿era la misma de San Esteban referida por Argaiz con una nueva advocación? ¿O acaso era la misma que Santa María, como sostiene, con dudas, Martínez Archaga[14]? ¿Se trataba más bien de una tercera iglesia en el paraje de La Vieja? De ella, en cualquier caso, tampoco conservamos rastro físico alguno, aunque, no hace mucho tiempo aún, se nombraba en la zona una chopera de San Marcos[15], conservándose en nuestros días en Poza la tradición de celebrar anualmente la fiesta del evangelista con una romería, que, a falta de la ermita titular, se realiza en Nuestra Señora de Pedrajas.

Siglo XVIII: el Catastro de Ensenada y el testimonio del presbítero Díez Guilarte

Saltamos ahora al siglo siguiente, el XVIII, para el que contamos con una fuente fundamental para la historia de las poblaciones españolas: el Catastro de Ensenada.

No encuentro en el de Poza, de 1752, ninguna mención a Santa María, pero sí, de nuevo, a la enigmática San Marcos, a propósito de una finca del concejo que está junto a ella:

Una era hecha prado, junto a la ermita de San Marcos, distante media legua; confronta: por regañón, camino que va a Salas; y por los demás aires, territorios del Monasterio de Oña[16].

Más significativa es otra referencia de 1796, cuando el presbítero Díez Guilarte describe la villa de Poza para el gran Diccionario Histórico y Geográfico que dirigía Tomás López[17]:

En la vega que hay desde dicho SSrio. de Pedrajas a la villa de Salas se han hallado muchos vestigios de edificios buenos, y se ha sacado mucha piedra labrada para la hospedería de dicho Santuario al medio de este siglo; y posteriormente para la fábrica de la Igª. parroquial de dicha villa de Salas. Se conserva la memoria en Libros y Papeles de la Igª. de Santa María la Vieja que había en dicho término que hoy se titula el de la Vieja, en donde está dicha Ermita de San Marcos. Y que a dicha Igª iba este Cabildo a una de las Rogativas. Se sabe que el Real Monasterio de Oña tuvo allí una Granja, y hoy es dueño de mucho de aquel terreno, del que hasta este año no han pagado diezmo sus renteros. Sobre esta vega, al oeste, está un corto promontorio de tierra, que por su parte inferior puede tener cuarto y medio de legua de circunferencia y se llama el término de Milagro. Dicen hubo allí Ciudad de este nombre, otros, que era la de dicha vega. Lo cierto es que hay vestigios de población y pudo ser toda una, pero no he hallado noticia de Ciudad de este nombre.

Detalle de la referencia a Santa María la Vieja en el manuscrito de 1796 del presbítero Díez Guilarte.

Varios puntos de este texto reclaman nuestra atención, añadiendo nuevas piezas al puzle.

En primer lugar, nos confirma que Santa María la Vieja ya había desaparecido físicamente a fines del XIX, pero se guardaba de ella memoria en libros y papeles.

En segundo término, nuevamente nos topamos con San Marcos y puede interpretarse que se trataba de una iglesia diferente de la de Santa María la Vieja, aunque ambas estaban en el término que se conoce como la Vieja.

Por otro lado, nuevamente vemos que el Monasterio de Oña tenía allí una granja y era dueño de mucho de aquel terreno, lo que ratifica la autenticidad de los datos ofrecidos por Yepes y Argaiz.

Por último, Díez Guilarte constata que en esa zona eran todavía patentes las ruinas de la ciudad antigua que era conocida por Milagro, tal y como lo describió Navagero en el XVI, y la reutilización de sus piedras en la fábrica tanto de la antigua hospedería de Pedrajas como en la iglesia de Salas de Bureba.

Siglo XIX: la desamortización y subasta de la Granja La Vieja

El triunfo del liberalismo en el siglo XIX español trajo, como es sabido, las torpes e injustas desamortizaciones de bienes eclesiásticos y municipales. Afectaron de lleno, entre otros muchos, al Monasterio de San Salvador de Oña, arrebatado por el poder político en 1835, sin compensación alguna, a los monjes benedictinos.

En 1844 varias fincas que dicha abadía poseía en el término de La Vieja, en Poza, son subastadas. Entre ellas, la granja con ese nombre. Fueron adjudicadas a Francisco Angulo, magistrado que fue del Tribunal Supremo, pero en la documentación de la subasta no se menciona ninguna iglesia[18].

Santa María la Vieja en el primer tercio del siglo XX. La talla medieval de la Virgen

Llegamos así a los primeros años del siglo XX, situándonos en el contexto de las conocidas exploraciones e investigaciones, desde el Colegio Máximo de Oña, del P. Enrique Herrera Oria.

El jesuita conoció a fondo los archivos de San Salvador de Oña y, a la vez, el terreno del que estamos hablando. En aquellos constató, según dejó escrito en 1917[19], la existencia aún en el siglo XVI de una ermita dedicada a Nuestra Señora, bajo la advocación de Santa María la Vieja o la Antigua. Vinculaba, además, esa ermita a la granja La Vieja y al hallazgo en la zona de restos romanos, añadiendo:

La existencia en la ermita de Nuestra Señora de Pedrajas de dos vetustas imágenes de la Virgen, sentadas ambas con el niño en los brazos, una de tipo algo más moderno, confirman la noticia dada por los documentos.

Vemos así aparecer, por primera vez, otro elemento significativo del mosaico: la talla de la Santa María la Vieja, con cuya imagen, después de su poco afortunada restauración, iniciaba este capítulo y que ahora completo con fotografías anteriores.

Fotografías de la talla de Santa María la Vieja, antes de su restauración. De izquierda a derecha, corresponden a los años 1924, 1984 y 1992.

Santa-Olalla dedicó también atención al tema. En 1925 sostenía lo siguiente:[20]

Sobre las ruinas de la romana Flaviaugusta, en el fondo del valle del Omino y en la orilla izquierda del tal río, levantose en la Alta Edad Media una ermita, en la cual se dio culto a la Virgen, bajo la advocación de La Vieja, nombre que hoy conserva aquel lugar.

A fines del siglo XVI, o lo más a principios del XVII, arruinose la ermita de La Vieja, la imagen de la Virgen, que es de la segunda mitad del siglo XII, trasladándose a la vecina ermita de Pedrajas. De la románica ermita de La Vieja nada queda hoy visible, sólo perdura el recuerdo del sitio donde estuvo, al sur de la tapia de la granja La Vieja, y donde dicen que cavando un poco aparece el piso.

Si damos por buenas estas aseveraciones del ilustre arqueólogo, algunas de las piezas terminan por encajar…

Añadir tan solo, a propósito de la talla de la Virgen, que antaño solía exponerse al culto en el Santuario de Pedrajas cuando su imagen titular se encontraba en la parroquia del pueblo. Su fiesta se celebraba el 5 de agosto, día de Nuestra Señora de las Nieves, motivo por el que algunos la han nombrado con esta advocación.

El mismo Santa-Olalla volvió sobre Santa María la Vieja en su ya referido trabajo de 1928, tras los destrozos de las obras del ferrocarril[21]:

(…) Es de creer que la ermita que en el siglo XII se dedicaba a la Virgen, fuese sucesora de alguna capilla que perpetuase la memoria de los viejos templos y de los viejos cultos desparecidos.

De la ermita de Nuestra Señora de La Vieja han aparecido algunos, muy pocos, restos; el de más importancia es el rosetón románico con un margen billeteado que guardo en mis colecciones. La modesta ermita, sucesora de la ciudad romana, estaba rodeada de algunas casas y un reducido cementerio formado por sarcófagos labrados en arenisca o caliza, trapezoidales todos ellos y con decoración de círculos concéntricos y semicírculos o rayas. Pasaron los siglos… finalizaba el XVI cuando la ermita de La Vieja se arruinó; su Virgen fue llevada a la vecina ermita del lugar de Pedrajas, y con ello hasta la memoria de su existencia se perdió.

Recapitulando, al fin, una larga historia…

Llegamos así al final de esta larguísima historia, que no he visto forma de acortar sin perder información relevante.

Para concluir, parece obligado preguntarse si con todos estos fragmentos puede construirse una historia suficientemente coherente sobre el templo de Suttunio y la iglesia de Santa María la Vieja.

Personalmente y con todas las limitaciones de quien solo es un aficionado, la cuestión me plantea muchas dudas. Pero ahí va mi tentativa de relato…:

Son muchas las pruebas de la existencia en la vega del Homino, a poco más de 2 kilómetros del actual núcleo urbano de Poza, de una extensa estación romana, cuyo origen no sabemos, si bien pudo estar relacionado con la explotación de la sal, con las guerras cántabras, o con ambas. Hoy la conocemos como Flaviaugusta, pero nuestros ancestros pozanos, que convivieron con sus ruinas, la llamaban Ciudad de Milagro. Tal vez fue la sucesora de la Salionca autrigona que mencionó Ptolomeo, renombrada en época Flavia.

Esta estación -quizá, primero campamento militar y después ciudad, o quién sabe si algún tipo de factoría, o todo ello a la vez- se asentó sobre dicho núcleo previo autrigón, de raíz celta y fuerte y singular personalidad cultural, como atestiguan sus cultos religiosos astrales y sus ritos funerarios para el más allá, del que son singular expresión las estelas o urnas con forma de casa. Esa comunidad nativa se romanizó, pero fue capaz de mantener, en alguna medida, su cultura y sus tradiciones, como lo atestiguan los antropónimos de las epigrafías que han llegado a nosotros. Entre sus deidades debió encontrase Suttunio, a quien en el siglo III Lucius Aufidius Celer Masculinus, dedicó un templo en la población romana. Sus muros estaban aún en pie en 1528, según pudo constatarlo el poeta y embajador veneciano Andrea Navagero.

La Ciudad de Milagro quedó abandonada y arruinada, no sabemos si como consecuencia de la invasión visigoda o, unos siglos más adelante, de la sarracena. La tradición oral entre los pozanos mantenía que “fue en tiempo de moros”. Sus ruinas fueron visibles hasta la segunda mitad del XVIII, en que se utilizaron como cantera, de forma masiva.

Con la repoblación cristiana en la Alta Edad Media, en el antiguo templo pagano de Suttunio se había construido una iglesia románica dedicada a Santa María, que quizá se cimentara sobre alguna iglesia cristiana anterior, levantada, reutilizando elementos romanos, durante la muy temprana cristianización de estas tierras en el siglo IV o V, de la que es testimonio el sarcófago paleocristiano “de los Reyes Magos” o “de Poza”. Fue esta una práctica muy común; se trataba de cristianizar la antigua cultura pagana[22].

En algún momento también de la Edad Media, los terrenos de lo que hoy se conoce como término de La Vieja, fueron donados por una “gran señora”, de nombre Inés Alonso, al monasterio benedictino de San Salvador de Oña, que estableció allí un priorato dúplice, con dos iglesias: la ya mencionada de Santa María y otra dedicada a San Esteban. Es posible que esta última, con el tiempo, cambiara su advocación o fuera conocida por San Marcos.

Próxima a estas iglesias se encontraba una necrópolis, utilizada tanto en época romana como medieval y quizá también en la visigoda.

A fines del XVI la iglesia de Santa María, conocida como La Vieja -tal vez para diferenciarla de la de Pedrajas-, se encontraba ya arruinada. La otra, la de San Esteban o San Marcos, duró algún tiempo más, quizá hasta principios del XIX, en que, con la francesada, se destruyó mucho patrimonio en Poza. La Virgen que se veneraba en La Vieja, una talla del siglo XII o XIII, fue llevada al citado Santuario de la Virgen de Pedrajas, distante apenas mil metros.

La Abadía de Oña mantuvo sus propiedades en La Vieja y entre ellas una granja, situada probablemente en el entorno de la desaparecida iglesia de Santa María y de la citada necrópolis. Dicha granja subsiste al día de hoy, aunque con otras edificaciones. Estas propiedades fueron desamortizadas en 1835, pasando a manos privadas en 1844. En 1928, las obras del Ferrocarril Santander-Mediterráneo afloraron y destrozaron una parte de los restos de la antigua ciudad romana y de su necrópolis.

Jaime Urcelay

(Entrada actualizada el 24/04/2024 para su incorporación al libro del autor «Poza de la Sal. Historias olvidadas»).


[1] Detenido en Poza, por orden de Carlos V y junto con el resto de embajadores de la Liga de Cognac, entre el 23 de enero y el 19 de mayo de 1528, dejó escrito, como se ha mencionado ya en otro capítulo, un interesantísimo diario de viaje (El Viaje hecho por España y por Francia), publicado en 1523. En él aparecen importantes datos sobre la villa. Vid.: URCELAY, J. (Jaime): La detención…, op. cit.

[2] Vid.: HÜBNER, E.: op.cit., inscripción n. 746.

[3] Biblioteca Nacional de España. Signaturas Mss/7879 y Mss/18227.

[4] Vid.: ABÁSOLO, J.A. y ALBERTOS, M.L.: «Acerca de unas inscripciones…», op. cit., págs. 395 y 396.

[5] FITA, F.: «Epigrafía…”, op. cit., pág. 489.

[6] MENÉNDEZ PELAYO, M.: Historia de los heterodoxos españoles, tomo I, Librería Católica San José, 1880, pág. 44.

[7] Para una interpretación actualizada de la deidad Suttunio, vid.: OLIVARES PEDREÑO, J.C.: Los dioses de la Hispania céltica, Real Academia de la Historia – Universidad de Alicante, Alicante, 2002, pág. 116

[8] Vid. HERRERA ORIA, E.: op. cit., pág. 59.

[9] MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, J.: «Antigüedades…”, op. cit., págs.135 a 138.

[10] Instituto Geográfico y Estadístico. Trabajos topográficos. Planos geográficos por términos municipales mandados formar por la ley de 23 de marzo de 1906. Provincia de Burgos. Término municipal de Poza de la Sal. Burgos, 18 de noviembre de 1911.

[11] Archivo Histórico Nacional. Clero regular y secular. Leg. 7731, nº 58.

[12] YEPES, A.: Crónica General de la Orden de San Benito, Tomo V, Impr. Francisco Fernández de Córdova, Valladolid, 1615, pág. 33.

[13] ARGAIZ, G.: La soledad laureada de San Benito y sus hijos, en las iglesias de España, Tomo VI, impreso por Antonio de Zafra, Madrid, 1675, pág. 433.

[14] MARTÍNEZ ARCHAGA, F.: op.cit., pág. 150.

[15] MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, J.: “Antigüedades romanas…”, op. cit., pág. 142.

[16] Poza de la Sal 1752… op. cit., pág.108.

[17] Biblioteca Nacional de España. Signatura Mss/7296.

[18] Vid.: MARTÍNEZ ARCHAGA, F.: op. cit., pág. 229. Por el contrario, en el suplemento Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, 4 de junio de 1844, figura que la adjudicación se hizo a Juan José Sánchez Carpintero, vecino de Madrid, como encargado de Doña Luisa de Argumosa, de la misma vecindad. Se trataba de una Granja titulada de la Vieja, compuesta de 22 tierras de 45 fanegas, un celemín y 2/2 de primera calidad, 40 fanegas un celemín 3/4 de segunda, y 30 fanegas, 11 celemines 3/4 de 3ª en el término de la villa de Poza, que perteneció al suprimido monasterio de San Salvador de Oña; produce en renta 65 fanegas de pan mediado; ha sido tasada en 37270 reales 15 maravedíes y capitalizada en 46000 reales por cuya cantidad se saca a subasta; no se halla afecta a carga alguna, ni tampoco tiene escritura de arriendo y sigue por la tácita. En el expediente se detalla la descripción de todas las fincas con sus correspondientes lindes. En ninguna de ellas figuran edificaciones (Hacienda Legado 160 nº22). Es posible que se trate de dos subastas distintas.

[19] HERRERA, E.: op. cit., pág. 54.

[20] MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, J.: «Cuestión de Cronología. Los sarcófagos de la Bureba (Burgos) (continuación)», op.cit., pág. 336. En sentido parecido, un año antes: Ídem: «Contribución al estudio de las ‘Vírgenes bizantinas’», Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos, Año 2, núm. 6, 1924, Burgos, pág. 188 y 189.

[21] MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, J.: «Antigüedades…», op.cit., pág. 171.

[22] Me imagino el origen y evolución de Santa María la Vieja similares, hasta cierto punto, a los de Santa María de los Arcos, de Tricio, La Rioja. Esta antigua basílica todavía hoy se encuentra en pie, aunque con notables añadidos, sobre todo a partir del siglo XVIII. Pueden verse fotografías muy ilustrativas en arteguias.com y una síntesis de las excavaciones realizadas en https://www.vallenajerilla.com/berceo/valero/excavacionesarcostricio.htm. Consultado el 01/12/2023.

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