Quizá no muchos amigos de Poza de la Sal sepan que nuestra querida Villa tiene dedicados un parque y una gran calle en la periferia de la capital de España, concretamente en el barrio de Santa Eugenia.
Esta mañana, primer día del año, con la ciudad dormida y apenas tráfico, he aprovechado para ir a conocerlos, resolviendo por fin una curiosidad que tenía pendiente desde hace tiempo.
El barrio de Santa Eugenia es de construcción moderna -año 1970- y pertenece al distrito madrileño de Villa de Vallecas. Pegado a la autovía de Valencia, se hizo tristemente célebre al ser su Estación de Cercanías uno de los escenarios de las masacres terroristas del 11 de marzo de 2004.
Un barrio residencial
Se caracteriza por sus avenidas y calles anchas, en las que abundan los espacios verdes. En concreto, la Calle de Poza de la Sal es amplia y, como el resto del barrio, está formada por grandes bloques de pisos, de siete u ocho alturas, de buena construcción y rodeados de zonas ajardinadas. Fuera de eso, poco hay que de personalidad a la calle.
Desde el exterior no resulta fácil estimar el número total de viviendas ni, por lo tanto, cuántos vecinos pueden vivir en la calle, pero deben ser muy numerosos.
El Parque de Poza de la Sal está situado al comienzo de la calle, en el lado de la autovía. Es grande, con buen arbolado en el que me ha parecido que predominan las coníferas. Tiene en medio una completa zona de juegos infantiles. Hay también un circuito para el ejercicio físico.
La calle es casi cien por cien residencial y apenas tiene comercios; creo que no he contado más de siete u ocho. De ellos el más destacado es el Restaurante-Asador La Cepa. Uno de los establecimientos de la calle -un Centro Médico- lleva el nombre de Poza de la Sal, según puede verse en una de las imágenes que acompaño.
¿Por qué una calle y un parque en Madrid dedicados a Poza de la Sal?
La respuesta la he encontrado en el artículo de Wikipedia sobre este barrio madrileño. Según parece, los promotores y constructores del barrio -inicialmente concebido como una urbanización privada- eran de origen burgalés y por eso decidieron elegir nombres de la provincia para sus calles. ¿Qué hizo que Poza fuese uno de los elegidos? ¿Quizá alguno de los referidos promotores, de la extinta empresa Pistas y Obras, era pozano? No he podido averiguarlo, pero ojalá algún amable lector pueda proporcionarnos datos que ayuden a completar la información.

El grupo de pozanos residentes en Madrid
Al recrear, con inevitable mezcla de orgullo y nostalgia de nuestro pueblo, estos lugares de Madrid, no puedo dejar de recordar aquí al grupo de pozanos, residentes en nuestra capital, que se reunía regularmente, compartiendo mesa y mantel, para revivir juntos el amor a sus raíces. Félix Rodríguez de la Fuente era uno de sus integrantes, al igual que otras personas que entonces tenían cierta relevancia pública. Mi buen padre, que en paz descanse, era también un entusiasta participante de estas reuniones; su amor a Poza y la veneración de sus mayores, naturales de nuestra Villa en las dos últimas generaciones, eran muy grandes.
Cristóbal Cuevas y quien esto escribe quisimos dejar en el reciente libro Poza de la Sal. Retorno al origen, testimonio de la existencia de esta comunidad de hijos de Poza afincados en Madrid, para lo cual incluimos una fotografía de los primeros años 70, realizada en el Santuario de Pedrajas con motivo de la asistencia de una parte de sus integrantes a la tradicional Rogativa de San Marcos. Reseñamos también un viejo recorte de prensa de 5 de mayo de 1970 en el que se daba cuenta de una de las comidas anuales que celebraban, precisamente por estas mismas fechas, con gran espíritu de fraternidad y amor a la patria chica, según puede leerse en la pequeña crónica.

Ignoro cuándo dejó de reunirse este grupo de pozanos en Madrid y si tuvo de alguna forma continuidad. Tal vez Benito del Castillo, vecino de la capital y siempre admirable en su veterana pozanía -por usar su propia expresión-, durante muchos años Decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, pudiera sacarnos de dudas.
Jaime Urcelay
Ohh !!! en la fotografía no está mi padre, ni mi tio, tampoco mi padrino, todos residentes en Madrid desde antes de 1970 y Pozanos, y que continuaron viviendo en Madrid hasta su muerte, excepto mi tío que sigue vivo y residiendo en Madrid.
Me imagino la dificultad de contactar en esa época con todos los pozanos.
Me ha hecho ilusión ver la calle y el parque.
Gracias
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Gracias por tun comentario, Maite. Me ha hecho mucha ilusión. Ya siento que ellos no salgan en la foto. Ojalá tu tío te pueda contar algún recuerdo de esos encuentros de pozanos en Madrid. Saludos!
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