
El P. Feliciano Martínez Archaga rodeado del Alcalde, el Comandante de Puesto de la Guardia Civil, la banda de música y vecinos de Poza de la Sal. Se celebraba, a principios de los 70, la Fiesta de la Virgen del Pilar, Patrona de la Benemérita (Foto: “Guardias Civiles al servicio de Burgos”, 2014).
La noche del pasado 9 de junio falleció en Burgos, a los 93 años de edad, el P. Feliciano Martínez Archaga, Don Feliciano, una personalidad clave en la memoria de Poza de la Sal (Burgos).
Ejemplo de fidelidad sacerdotal para siempre, había nacido, el 2 de febrero de 1927, en el seno de una humilde y numerosa familia de labriegos de Porquera del Butrón, en Los Altos. Ordenado sacerdote en 1954 y procedente de las parroquias de Orbaneja del Castillo y San Adrián de Juarros, fue durante veintiún años, entre 1966 y 1987, párroco de Poza de la Sal, desde donde atendió también durante algún tiempo las parroquias de Llano de Bureba, Padrones de Bureba y Aguas Cándidas. Después, fue trasladado a Santa María la Mayor y San Martín, en Briviesca, en la que permaneció hasta 1996, marchando finalmente a la ciudad de Burgos.
Entre las gentes de Poza es bien recordado como una gran persona y por su dedicación al culto a Dios, servicio a las almas e identificación con las devociones y tradiciones populares.
El nombre de Don Feliciano perdurará además entre los hijos de Poza, de hoy y mañana, gracias a su asombrosa labor investigadora sobre todo lo relacionado con la Villa, recogida en los artículos que el sacerdote publicó en el Diario de Burgos y, fundamentalmente, en la obra Poza de la Sal y los pozanos en la historia de España [1]. Editado por primera vez en 1984, es el libro de cabecera indispensable para cualquier información sobre Poza. Son innumerables los datos históricos, costumbres, tradiciones y anécdotas que recogió, cuando más riesgo corrían de perderse definitivamente.

Portada de Poza de la Sal y los pozanos en la historia de España, de Feliciano Martínez Archaga, Párroco de la Villa. Se trata de la obra de referencia para todo lo relacionado con Poza. En su Presentación, el autor afirmaba que el título del libro (…) nos exige ante todo realismo y veracidad; queremos que sean datos históricos, no dichos novelescos o infundados. Lo cumplió a rajatabla, dando puntual cuenta del origen de los datos utilizados, en buena parte localizados en fuentes históricas primarias tras paciente búsqueda (Foto: Jaime Urcelay).
Prácticamente nada relacionado con nuestro pueblo, de su grande o pequeña historia, escapó a la curiosidad, honestidad y precisión de Don Feliciano. Fue también un firme defensor del cuidado y protección de su patrimonio cultural, siendo inmensa la deuda que tenemos con él [2].
Cuando, siendo joven, devoré por primera vez su libro, me impactó mucho la interpelación personal con la que, con cierta espontaneidad, acababa el capítulo dedicado al castillo. Nunca he podido olvidarla:
¡Pozano, lector amigo, esas piedras, esos muros del viejo castillo que te contemplan, jirones heridos en una larga carrera de muchos siglos, son testigos de todo, de heroismo y ambiciones, de lealtades y traiciones, de grandezas y miserias; pero son parte preeminente de tu historia y ésta es maestra que nos dice lo que se debió hacer y lo que se debió evitar; aprende la lección y trata esos restos, recuerdos tangibles de tu historia, con sagrado respeto! (pág. 38).

Con el P. Feliciano Martínez Archaga, en Burgos, en 2010, con ocasión de la entrevista para el libro Páginas de la Historia de Poza de la Sal. Fue un encuentro imborrable con el hombre, el sacerdote y el historiador de Poza (Foto: Javier Urcelay).
Una larga conversación con el P. Feliciano Martínez Archaga
Don Feliciano era amigo de nuestra familia y en 2010 mi buen hermano Javier y yo tuvimos el privilegio de realizarle una larga entrevista. Se encontraba ya jubilado, pero seguía ejerciendo su ministerio, como sacerdote adscrito, en la Parroquia de San Martín de Porres, en Burgos capital. A pesar de lo avanzado de su edad, conservaba sus dotes de gran conversador; su lucidez y memoria para los datos resultaban envidiables. Además, el cariño e interés por Poza y sus gentes no habían decaído en lo más mínimo y seguía manteniendo bastante contacto con el pueblo, según nos confirmó con orgullo.
Con el título Con la historia de Poza al fondo. Conversación con don Feliciano Martínez Archaga, incluimos la transcripción de aquella entrevista como capítulo final de nuestro libro Páginas de la Historia de Poza de la Sal [3]. Lo que Don Feliciano contó en aquella ocasión tenía un interés objetivo y quisimos que fuera también un tributo de gratitud a nuestro querido maestro en los estudios pozanos y en el amor a la tierra de los antepasados.
Ahora, al partir Don Feliciano a la Casa del Padre, he vuelto sobre ese capítulo (puede descargarse en pdf pinchando aquí). Creo que es un documento valioso para quienes quieran conocer con algún detalle la biografía de Don Feliciano, tan conmovedora por su sencillez y coherencia en el seguimiento de la vocación. O la forma en que se gestó su interés por la historia y cómo llevó a cabo sus investigaciones sobre Poza, en cuyo relato se entremezclan curiosidades inéditas sobre la Villa salinera, con las que nos sorprendió a lo largo de nuestra conversación con él.

El P. Feliciano Martínez Archaga publicó a partir de 1973 en Diario de Burgos un conjunto de artículos sobre temas pozanos, llamando la atención sobre el ríquisimo patrimonio cultural de la Villa, entonces en riesgo de desaparición. Prestó especial interés a la historia de las Reales Salinas de Poza. Con razón se ha podido escribir estos días, desde la Asociación de Amigos de las Salinas de Poza de la Sal, que fue el primero en hacernos ver el valioso patrimonio que posee Poza y sus Salinas.
Los artículos en la prensa y pregones del P. Feliciano Martínez Archaga
Como homenaje al sacerdote fallecido, es también buen momento para rescatar los artículos que publicó en la prensa y los pregones pronunciados en Poza con ocasión de las Fiestas de San Cosme y San Damián. Quienes sienten curiosidad por las cosas de nuestro pueblo -que son cada día más- los leerán con interés y se admirarán, como a mí me ocurre, de la sabiduría y la pasión pozana y burgalesa de este hombre, de humildad y austeridad tan marcadas. Tengo localizados estos textos, entre los que incluyo alguno que excede del ámbito local específico de Poza (pueden descargarse en pdf pinchando en su respectivo título):
Poza en fiestas. Su presente y su pasado (Diario de Burgos, 26/09/1973).
Poza de la Sal. Relicario histórico artístico (Diario de Burgos, 11/10/1973)
Las salinas de Poza en la historia de Castilla (I). El amparo real junto a la iniciativa privada (Diario de Burgos, 24/02/1974).
Poza y sus salinas (II). Los pozanos en tenaz defensa de sus derechos ante la competencia desde dentro y fuera de Castilla (Diario de Burgos, 03/03/1974).
Las salinas de Poza en la Historia (III) Un permanente servicio a la patria. Los privilegios como recompensa (Diario de Burgos, 12/03/1974).
Pregón de las Fiestas de San Cosme y San Damián 1974 (sobre la obra de la Iglesia parroquial) (Programa de Fiestas 1974, Ayuntamiento de Poza de la Sal).
Pregón de las Fiestas de San Cosme y San Damián 1975 (sobre los retablos de la Iglesia parroquial) (Programa de Fiestas 1975, Ayuntamiento de Poza de la Sal).
El marco para un monumento al Dr. Rodríguez de la Fuente (Diario de Burgos, 20/04/1980).
Arte que se enajena o se vende. Responsable, ¿quién? (Diario de Burgos, 12/10/1985).
Sociedad Cooperativa “La Bureba”. Apostando por nuestros agricultores (Diario de Burgos, 07/05/1986).
El Maestre de Campo o Capitán General don Juan José Díez Andino (1624-1683). Sus vinculaciones con Poza de la Sal (Diario de Burgos, 17/05/1987).
Alonso de Ojeda, famoso fundador de Venezuela (1470-1515) (Reinvidicación de su nacimiento burgalés) (Diario de Burgos, 14/06/1987).
Fray Francisco de Vitoria (1486-1546) y los burgaleses (Diario de Burgos, 20/07/1987).

Vista panorámica de la pintoresca Villa de Poza de la Sal. El caserío, ceñido por la muralla medieval, se apiña bajo el Palacio del Marqués y el castillo roquero, también medievales. El P. Feliciano Martínez Archaga se refería a Poza como relicario de secretos históricos (Foto: Jaime Urcelay).
Un recuerdo de homenaje y gratitud
Don Feliciano terminaba el último capítulo de su libro, en el que recapitula los Hijos ilustres de Poza, con un bellísimo párrafo que no me resisto a transcribir:
¡Hemos llegado al fin! Y éste quiere ser un recuerdo de homenaje y gratitud a tantos hijos de esta villa y del universo mundo que día a día calladamente, en el más absoluto anonimato, hicieron la historia de su pueblo, de su patria y de la gran familia humana. Quedaron ocultos como las raíces del árbol o los cimientos de su villa; pero como las raíces están dando vida a la planta, como el cimiento, están sustentando edificios, monumentos, torreones. Su nombre y aventura personal de cada uno, mereció ser escrita honrosamente en la pequeña o gran historia de los hombres. Esperemos quede escrita, para justa recompensa en los anales, en el recuerdo de Dios (pág. 211).
Son palabras que definen bien cómo nuestro querido y para siempre Párroco de la Villa veía la historia de los hombres y, con ella, su propia aventura personal.
Con similar espíritu, al llegar el fin de la existencia de Don Feliciano entre nosotros, me viene al corazón el deseo de expresar también públicamente ese mismo recuerdo de homenaje y gratitud por su vida y, sobre todo, la confianza en que el Señor, al que nunca le pesó seguir, le haya concedido ya, por intercesión de la Virgen de Pedrajas, la eterna y justa recompensa por su incondicional entrega a Él y a los hombres. Descanse en Paz.
Jaime Urcelay
[1] Imprenta Monte Carmelo, Burgos, 1984, 240 págs. La segunda edición, de 2009, fue publicada por el Ayuntamiento de Poza. Tiene como novedad respecto a la primera que va precedida por un breve Prólogo del Alcalde, Ángel Hernández Padilla.
[2] La Asociación de Amigos de las Salinas de Poza de la Sal, que el 17 de agosto de 2002 nombró Socio de Honor a Don Feliciano, destaca, en la nota biográfica que de él publica en su página web, que durante su estancia en Poza, impulsó la declaración de Monumento Histórico Artístico de la Iglesia Parroquial de San Cosme y San Damián, y la restauración del templo. Igualmente impulsó la reparación de la cubierta del Santuario de Pedrajas y la restauración de la talla del siglo XIII de nuestra querida Virgen de Pedrajas.
[3] Colección Pueblo y Tierra, Ciudadela Libros, Madrid, 2011, 248 págs.
Estimado Jaime: Ya sabía yo que no ibas a dejar de hablar de Don Feliciano a propósito de su fallecimiento. Fue una persona austera, seca, pero de un hermoso corazón. Y no sólo dejó huella perenne en Poza, sino también en Llano en donde era también párroco. Todavía recuerdo cómo siempre que mi madre iba a Poza a hacer alguna diligencia, pasaba por la casa del cura, donde su hermana siempre tenía la puerta abierta para recibirla amablemente. Y en Llano, donde mi padre «El Torero» fue alcalde por 15 años, era Don Feliciano el que siempre le animaba a realizar los diferentes proyectos que tenía para la mejora de las infraestructuras del pueblo. Y siempre preocupado por conocer la historia de los pueblos y su evolución histórica.
Así que estas páginas tuyas en homenaje a Don Feliciano son una muestra de que no sembró en vano y que su vida como sacerdote no fue en vano, sino que fructificó en las personas que le conocimos y que damos fe de su espiritualidad y ciencia.
Un abrazo
Rodrigo Conde Tudanca
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Rodrigo. Puedes imaginarte lo que aprecio tu comentario y esos detalles que, vinculados a tu familia, aportas sobre Don Feliciano. Un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta