«Viaje a Ítaca», una estimulante metáfora de la vida

viaje2A mi admirado Antonio Sastre debo haber conocido la preciosa canción en catalán Viatge a Ítaca (Viaje a Ítaca), de Lluis Llach.

Antonio incluyó la traducción de esta versión musicada del poema original de Kavafis (1863-1933) en una conferencia inolvidable sobre El cambio personal en clave antropológica (*). En ella nos propuso los ejemplos de Ulises y Abraham «como encarnación de esperanza y de los que aprendemos algún aspecto sobre cómo afrontar los cambios con la actitud adecuada, esperanzada».

En concreto Ulises, nos explicaba, «emprende un largo viaje de vuelta a su hogar, una metáfora maravillosa de lo que es la vida. Un viaje de regreso. Un viaje lleno de avatares. Una odisea. Vive en sus carnes lo desazonador del cambio, de la incertidumbre, de los peligros siempre acechantes… Pero no se para, no tira la toalla, no recala en ningún puerto seguro huyendo de vientos impetuosos y marejadas. Le mueve el deseo de regresar a su patria».

Ulises «no se deja llevar por los cantos de las sirenas, sabe que no puede detenerse antes de llegar a su meta. El deseo de descanso, de quietud, es verdadero. Pretender lo estable, lo permanente, lo que no varía, lo eterno, no es malo porque también nos constituye. Lo erróneo es querer instalarse y reposar en aquello que no tiene capacidad para completarnos. Ulises no se conformará con menos que Ítaca. Pero pensar en Ítaca no le hará despreciar el camino; al revés: le hará entrar a fondo en él, recorrerlo con todo su ser, paladearlo y disfrutarlo…».

«La idea -concluía Antonio Sastre- es tener claro el rumbo básico de mi vida, mi proyecto vital, saber quién soy y quién quiero ser.  Aunque en ese rumbo haya que hacer correcciones parciales… como las hará Ulises. Saber adónde se va. Esta es la primera condición de la esperanza: tener un rumbo, saber que hay una meta. Cualquier viento es contrario para el marinero que no sabe adónde va. Quien tiene un para qué sabe afrontar casi cualquier cómo».

Me pareció un ejemplo muy pedagógico y al volver a casa aquella tarde busqué en seguida la canción de Llach en internet. Di en YouTube con una versión con subtítulos en castellano. Puede encontrarse aquí: https://www.youtube.com/watch?v=NO7nSrVlGY8

Desde entonces me ha acompañado esta bellísima canción, tan llena de significado e inspiración para la propia vida.

Comparto aquí la letra traducida al castellano, que tiene algunas variaciones respecto al poema original de Kavafis.

ITACA

I

Cuando salgas para hacer el viaje hacia Itaca
has de rogar que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimiento.
Has de rogar que sea largo el camino,
que sean muchas las madrugadas
que entrarás en un puerto que tus ojos ignoraban
que vayas a ciudades a aprender de los que saben.
Ten siempre en el corazón la idea de Itaca.

Has de llegar a ella, es tu destino
pero no fuerces nada la travesía.
Es preferible que dure muchos años
que seas viejo cuando fondees en la isla
rico de todo lo que habrás ganado haciendo el camino
sin esperar a que dé más riquezas
Itaca te ha dado el bello viaje
sin ella no habrías salido.
Y si la encuentras pobre, no es que Itaca
te haya engañado.
Sabio como muy bien te has hecho
sabrás lo que significan las Itacas.

II

Más lejos, tenéis que ir más lejos
de los árboles caídos que os aprisionan.
Y cuando los hayáis ganado
tened bien presente no deteneros.

Más lejos, siempre id más lejos,
más lejos del presente que ahora os encadena.
Y cuando estaréis liberados
volved a empezar nuevos pasos.

Más lejos, siempre mucho más lejos,
más lejos, del mañana que ya se acerca.
Y cuando creáis que habéis llegado,
sabed encontrar nuevas sendas.

III

Buen viaje para los guerreros
que a su pueblo son fieles
favorezca el Dios de los vientos
el velamen de su barco
y a pesar de su viejo combate
tengan placer de los cuerpos más amantes.

Llenad redes de queridos luceros
llenos de aventuras, llenos de conocimiento.
Buen viaje para los guerreros
si a su pueblo son fieles
y a pesar de su viejo combate
el amor llena su cuerpo generoso
encuentren los caminos de viejos anhelos
llenos de aventuras, llenos de conocimiento.

Jaime Urcelay

(*) El texto de esta conferencia fue publicado después, muy ampliado y con el título Claves antropológicas del cambio en las organizaciones, en Cuadernos Empresa y Humanismo nº 132, de enero de 2018. Puede descargarse en pdf pinchando aquí.

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