Imágenes inéditas de las salinas de Poza de la Sal (1ª parte)

ADPBU-CS-00753

La digitalización, por parte del Archivo de la Diputación Provincial de Burgos, de dos nuevos fondos de fotografías antiguas, nos ha deparado una agradable sorpresa a cuantos apreciamos el rico y singular patrimonio cultural y etnográfico de Poza de la Sal.

En efecto, los fondos de los fotógrafos burgaleses Virgilio Soto Cornejo y Cirilo Saiz Moreno, donados recientemente a dicha Diputación por sus respectivas familias, contienen imágenes de temática pozana de bastante interés y calidad, lo que representa una magnífica noticia.

Virgilio Soto trabajó entre 1941 y 1995 y de él se han digitalizado 17.157 imágenes, de las cuales 407 están dedicadas a Poza, si bien un buen número de estas -en concreto, 86- se concentran en la gran Romería Castellana organizada el 7 de julio de 1946 por el Orfeón Burgalés en el Santuario de la Virgen de Pedrajas, patrona de la villa, y en el Calvario.

Es un volumen importante de fotos sobre Poza y prácticamente todas nos eran desconocidas, con excepción de algunas y muy en particular las incluidas en 1984 por el P. Feliciano Martínez Archaga en su imprescindible libro Poza de la Sal y los pozanos en la Historia de España y cuya autoría ignorábamos por no haber quedado registrada1.

En cuanto a Cirilo Saiz («Cirilo»), desplegó su actividad como fotógrafo profesional entre 1960 y 2002. De él se han digitalizado por la Diputación 7.791 imágenes, 7 de ellas de temática pozana. No son muchas, pero al menos dos de ellas, como enseguida veremos, son significativas. La totalidad son inéditas.

Es muy de agradecer el riguroso trabajo de catalogación realizado por el personal del Archivo de la Diputación Provincial de Burgos y las facilidades dadas para el acceso a estos fondos.

Imágenes salineras

Tratándose de Poza, especial valor y encanto tienen las imágenes de Virgilio Soto y Cirilo dedicadas a nuestras milenarias salinas, abandonadas a principios de los años 70 y hoy asombrosamente desaparecidas del paisaje, con excepción de lo que gran mérito se empezó a reconstruir a principios del presente siglo por la Asociación de Amigos de las Salinas de Poza y que en la actualidad recibe un importante impulso por parte del Ayuntamiento.

En el caso de Virgilio Soto son 22 las imágenes relacionadas con las salinas y 4 en el caso de Cirilo2. De ellas he hecho una selección de las que me parece pueden tener más interés y que me propongo compartir en tres entradas sucesivas de este blog. Las respectivas descripciones están realizadas en base al estudio de referencia de Eduardo Sáiz Aldama3 y con la ayuda, que tanto agradezco, de Martín Barcina, salinero en su juventud e investigador generoso de nuestra «fábrica de la sal», además de buen amigo; sin duda, es una de las personas que con más autoridad puede hablar del Salero pozano.

Estas son las cinco primeras imágenes que he seleccionado:

1. Virgilio Soto: «Mujer trabajando en las salinas de Poza de la Sal». Fecha: 14/09/1941 (ADPBU – VS – 04562).

Salinera regando una de las eras altas del lado norte del valle del Rusalado, el más próximo al caserío. Las mujeres, como es sabido, compartían con los hombres y muy a menudo con los hijos los duros trabajos de la sal en Poza. Su papel era fundamental.

La regadura de la muera exigía una técnica muy esmerada, como puede verse en la fotografía. La mano izquierda había que mantenerla firme en la base de la regadera, a la vez que con la derecha se provocaba un giro que aseguraba el redondeo del lanzamiento al aire. La interpretación del aire y el sol eran esenciales.

Es muy interesante el detalle del torno que puede apreciarse a la derecha de la imagen. Parece que corresponde a una gavia, estructura de madera que se construía para elevar la muera hasta algunas granjas a las que, por su altura, era difícil acceder mediante canales.

2. Virgilio Soto: «Salinas de Poza de la Sal». Fecha: 14/09/1941 (ADPBU – VS – 04561).

Panorámica del valle del Rusalado desde la carretera del Páramo, con los pozos llenos de muera y la sal cristalizando en las eras. Es una toma que se repite, con pequeñas variaciones, en otros fotógrafos, como es señaladamente el caso de González Manero (1940), Fede (1955) y Ramiro Eizaguirre (años 50-60).

Se aprecian bien la división del término por el arroyo La Torca y los canales voladizos de madera que lo cruzan de uno a otro lado para conducir la muera.

Es interesante también la localización, en las eras más altas, de la gavia a la que se ha hecho mención en la imagen nº 1.

Al fondo, el barrio extramuros de Los Corrales o de San Blas, ocupado tradicionalmente por los pastores y sus corrales para guardar el en otro tiempo abundante ganado lanar.

3. Virgilio Soto: «Salinas de Poza de la Sal». Fecha: 14/09/1941 (ADPBU – VS – 04560).

El mismo valle de Rusalado visto desde su entrada a partir del pueblo. En primer plano, chozones que sostienen las eras de evaporación, consiguiendo así un plano horizontal sobre el terreno en pendiente. La piedra, la madera y la tierra eran los materiales principales del complejo e ingenioso entramado del Salero, sometido a un permanente deterioro por efecto de la naturaleza, lo que exigía importantes trabajos de mantenimiento antes de que en el mes de junio empezase la temporada de fabricación de la sal.

Al fondo el Castellar y, a su derecha, las ruinas de la ermita y el almacén de La Magdalena, que fueron propiedad de la Hacienda Real. Hoy sufren un alarmante abandono del que nadie parece querer hacerse cargo, al igual que ocurre con los almacenes de Trascastro y el Depósito.

En la parte alta del granjerío puede identificarse también la conocida como caña del motor, perteneciente a las Salinas de Calera y que en la actualidad alimenta de muera las salinas reconstruidas. Fue la única a la que se adaptó un motor para la extracción de la muera desde la profundidad de una galería vertical.

4. Cirilo Saiz: «Mujer trabajando en las salinas de Poza de la Sal». Fecha: 01/08/1963 (ADPBU – CS – 00752).

Salinera regando la era con la muera que extrae del arquetón situado a sus pies.

Se trata nuevamente de una granja de Rusalado, que en los últimos tiempos trabajaba Victoria (“la Vitorón”). Bien pudiera ser ella quien aparece en la imagen.

Detrás se aprecia el pingoste, el rudimentario cigüeñal de madera que se utilizaba para trasportar la muera desde el pozo al arquetón o depósito intermedio próximo a la era.

5. Cirilo Saiz: «Mujer y hombre trabajando en las salinas de Poza de la Sal». Fecha: 01/08/1963 (ADPBU – CS – 00753).

Salineros extrayendo la muera del pozo con un pingoste, en el que se ha sustituido el tradicional pellejo de cabra por una gran lata. La mujer puede ser, como en la imagen anterior, “la Vitorón” y el hombre quizá su yerno “Felipín”.

Para salvar la distancia entre el pingoste y el arquetón utilizan el desbarciadero, un recipiente situado a pequeña altura para facilitar el flujo de la muera a través de canales de madera con ligera pendiente. Los desbarciaderos eran normalmente de arcilla y maderas y se sustentaban sobre un pilar de piedras y tierra. En la imagen, sin embargo, se ha levantado sobre una estructura de madera, asegurando la junta de los canales con pesadas piedras.

La mujer sostiene la paleta, el único apero con metal que utilizaban los salineros. Servía, en las eras de cemento, para desincrustar la sal sedimentada sobre el pavimento.

La granja es también de Rusalado, justamente la que ha sido reconstruida. Las eras son, en este caso, de cemento, utilizado en los últimos tiempos.

Al fondo, el caserío de la villa y las viejas tenerías, ya desaparecidas, cuyos curtidos de pieles eran conocidos en toda la comarca. La rueda de piedra de una de las tenerías, similar a la de los molinos harineros, se ve tirada detrás de la cabeza de la mujer. Esa zona y un poco más arriba, en la que se aprecian unos chopos y hoy se encuentra el nuevo monumento a Félix Rodríguez de la Fuente, era conocida como El Palomar. La utilizaban en ocasiones las mujeres pozanas para tender las sábanas que previamente habían lavado en los lavaderos de Fuente Buena; cada mujer tenía su propio espacio. La ropa de casa, mientras se secaba, cogía olor a romero.

Y hasta aquí la primera selección de las interesantes y encantadoras imágenes inéditas de Virgilio Soto y Cirilo de las salinas pozanas. Continuaré pronto con más fotografías.

Jaime Urcelay

Para leer la 2ª parte de esta entrada, pinchar aquí. Para la 3ª parte, pinchar aquí.

NOTAS

  1. La mayor parte de estas fotos de Virgilio Soto publicadas por el P. Martínez Archaga -en concreto, 9- las reprodujimos Cristóbal Cuevas y quien esto escribe en nuestro libro Poza de la Sal. Retorno al origen. La identidad de la villa burgalesa a través de la fotografía antigua (Segovia, 2021), atribuyéndoselas erróneamente al que fuera párroco y pionero de la historiografía pozana. ↩︎
  2. Se suman así a las 64 imágenes -procedentes, en su mayor parte, de Photo Club, Vicente González Manero, Foto Fede y Ramiro Eizaguirre-, que incluimos en el capítulo 3 («De las salinas y los salineros») de la mencionada obra Poza de la Sal. Retorno al origen. Hay que destacar los esfuerzos anteriores de recuperación de imágenes salineras realizados, fundamentalmente, por el coleccionista burgalés Carlos Sainz Varona; Eduardo Sáiz Aldama para su libro de 1989 Las salinas de Poza de la Sal; Benito del Castillo para su colaboración en el libro de 2012 Santander-Mediterráneo. El ferrocarril que perdió el norte; el etnógrafo burgalés Elías Rubio para su capítulo en el libro de 2012 Sueños de Plata. El tiempo y los ritos; la Asociación de Amigos de las Salinas de Poza de la Sal; el Ayuntamiento de Poza para el Centro de Interpretación de las Salinas y a través de los concursos anuales de fotografía antigua; y, finalmente, un buen número de vecinos de Poza empeñados en que no se pierda la memoria de la tradición salinera de la villa. ↩︎
  3. Sáiz Aldama, E. Las salinas de Poza de la Sal, Diputación Provincial de Burgos, 1989. Hay una 2ª edición de 2001. ↩︎

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