El almacén de sal pozano de La Magdalena ya tiene maqueta

Maqueta del almacén de sal de La Magdalena, de Poza de la Sal, realizada por Fernando de Miguel (Foto: Fernando de Miguel Hombría).

Los amantes del patrimonio cultural de la villa burgalesa de Poza de la Sal estamos de enhorabuena: el almacén de sal de La Magdalena, uno de los vestigios más representativos del antiguo esplendor de nuestras milenarias salinas, cuenta ahora con una magnífica maqueta.

El trabajo es obra del artista burgalés Fernando de Miguel Hombría, quien desde hace años viene realizando una meritoria labor contra el olvido del patrimonio de la provincia de Burgos, a través de la construcción de maquetas de edificios históricos arruinados o desaparecidos. Fruto de esta dedicación artesanal es ya una larga lista de maquetas de monasterios y conventos , todas ellas de gran calidad, entre las cuales se cuanta la del arruinado convento franciscano de San Bernardino, situado en el paraje de Los Molinos, en Poza de la Sal.

Fernando de Miguel Hombría, con dos de sus maquetas. La de la derecha es del convento pozano de San Bernardino (Foto: Juan Lázaro / Diario de Burgos).

Así de ha construido la maqueta de La Magdalena

Fernando de Miguel, publicista de profesión, ha realizado la maqueta del almacén de sal de La Magdalena con cartón reciclado y escayola, siguiendo, tal y como acostumbra, un cuidadoso proceso de investigación de las muy escasas referencias documentales con las que contamos sobre dicho monumento.

Fundamentales han sido, en este sentido, el plano y los bocetos realizados en su día por Eduardo Sáiz Alonso para su indispensable libro Las salinas de Poza de la Sal (Publicaciones de la Diputación de Burgos, 1989). Asimismo ha tenido presentes los pocos documentos existentes en el Archivo Histórico Provincial de Burgos, relativos a la subasta pública en 1871 de los bienes que la Hacienda Pública poseía en Poza cuando se llevó a cabo, dos años antes, el desestanco de la sal.

Muy destacable ha sido también el asesoramiento recibido de Martín Barcina, probablemente el más experto conocedor de las históricas salinas de Poza y él mismo perteneciente a una saga de salineros, con granjas en en valle de La Nava.

Vista de la maqueta del almacén de sal de La Magdalena, de Poza de la Sal, realizada por Fernando de Miguel. En la fachada principal estaban situadas las dependencias para el personal que lo atendía: el Guardalmacén, los Llenadores, el Pesador, los mozos de faena y los Dependientes o carabineros, encargados de la vigilancia. En la explanada delantera existían unos mojones, hoy dispersos en diferentes lugares, y podían estacionarse hasta 500 carros (Foto: Fernando de Miguel Hombría).

Un monumental edificio del reinado de Carlos IV

Situado en el lado norte del valle de las salinas, el almacén de sal de La Magdalena fue levantado, al igual que el de Trascastro, a finales del XVIII o o principios del XIX, como parte del impulso que, en el
reinado de Carlos IV, la Real Hacienda dio a las ya generosas salinas pozanas, para mejorar y aumentar la Fábrica.

Las Instrucciones para el gobierno de las Reales Fábricas de Sal de Poza, promulgadas por dicho monarca en 1805, destacaban que los nuevos almacenes construidos eran una forma de evitar la merma y robos de la sal, guardada hasta entonces a la intemperie en las propias chozas. En el almacén de La Magdalena se ordenaba encerrar la sal procedente de los valles del Hoyal, Peña Águila, el Hoyuelo y Borco.

Otra vista de la maqueta del almacén de sal de La Magdalena, de Poza de la Sal, realizada por Fernando de Miguel. Se aprecia bien el impresionante estructura de madera que sostenía la gran cubierta a dos aguas de la nave, imprescindible para proteger la sal almacenada (Foto: Fernando de Miguel Hombría).

Con una robusta estructura de madera para soportar su gran cubierta y una plataforma en alto para el entroje de sal, era el más grande de los tres almacenes del Salero, con capacidad para 125.000 fanegas (6.937.500 kg.). Su planta era de 25×45 metros, con una superficie de 1.125 metros. En 1853 se encontraba, según la Memoria de Pablo Roda, en el mejor estado.

En la actualidad, la situación del enorme edificio es de completo abandono, pese a lo cual conserva su fachada y sus muros y no ha perdido su imponente majestuosidad.

Detalle de la maqueta del almacén de sal de La Magdalena, de Poza de la Sal, realizada por Fernando de Miguel. En esta imagen hay que destacar la pasarela de madera, de bastante altura, que servía para que las caballerías, que accedían desde el exterior por unas rampas, pudiesen arrojar la sal (Foto: Fernando de Miguel Hombría).

Una tarea indispensable: recuperar el patrimonio salinero de Poza

Fernando de Miguel ha manifestado su deseo de que la magnífica maqueta que acaba de dar a conocer, pueda ser expuesta muy pronto, para disfrute de todos, en el Centro de Interpretación de las Salinas de Poza de la Sal, donde ya existe una reproducción del almacén del Trascastro.

Debe señalarse, finalmente, la oportunidad de esta nueva contribución, que tanto es de agradecer a su autor, para la recuperación del patrimonio cultural pozano, precisamente en el momento que el Ayuntamiento de la villa ha iniciado una importante inversión, dentro del Plan de Sostenibilidad Turística, con el propósito de ampliar la recuperación de las salinas más próximas al casco del pueblo, dando así continuidad a la gran labor desarrollada desde principios del siglo XXI por la Asociación de Amigos de las Salinas de Poza de la Sal.

Imagen reciente de la fachada de las ruinas del almacén de sal de La Magdalena, en Poza de la Sal (Foto del autor).

Ojalá estas prometedoras labores de restauración puedan alcanzar también en algún momento a los arruinados almacenes de El Depósito, Trascastro y La Magdalena, la ermita del mismo nombre, o a los prácticamente desaparecidos urnios, testigos todos ellos de una singular cultura milenaria de explotación de la sal que dio identidad a Poza y a sus gentes.

Jaime Urcelay

2 comentarios en “El almacén de sal pozano de La Magdalena ya tiene maqueta

  1. Muy estimado Jaime: He leído con detalle tu libro «La detención en Poza de la Sal de los embajadores de La Liga (1528)» que acaba de adquirir la biblioteca pública de Briviesca. Te felicito porque es una obra que analiza exhaustivamente el viaje de Navagero y otros personajes. Veo que has revisado detalladamente todas las fuentes y analizas lo que habla en el «Viaje…» frase por frase, de forma muy profesional desde el punto de vista histórico y antropológico. A mi me ha servido mucho para conocer más nuestra historia local de la misma forma que he tomado nota de algunas fuentes bibliográficas que he escaneado para poder consultarlas más adelante. Por experiencia veo que es un trabajo al que has dedicado muchos años y que ahora sale a la luz y que representa muchas horas de esfuerzo callado y sistemático. Sólo he encontrado un pequeño fallo tipográfico cuando en la página 126 dices «obras» por «obreros» que es la medida para saber las cepas que tenían en propiedad los monjes de Oña. Yo he hecho algunas investigaciones sobre la vid en la Bureba y la palabra «obrero» aparece de forma muy común, como por ejemplo en el Catastro de Ensenada. Era el trabajo que hacía un trabajador cavando viñas, que correspondía a 200 cepas diarias. Por lo que los 1600 obreros de el Monasterio de Oña correspondían a 200.320 cepas aproximadamente. En Solas (Llano) había a mediados del siglo XVIII 400 obreros de viña, es decir 80.000 cepas. Y en la Granja de El Moscadero, que era un priorato de la Abadía también tenían viñas, una tina y una bodega según el Catastro de Ensenada. Todavía hoy en día este término se emplea en Navarra, La Rioja y Aragón. Otra cosa que no sabía es sobre el puente Cucón, y que como tú dices era el sitio para comunicarse Poza con la Bureba. Es lógico pensar que ahí ha habido varios puentes y que de ahí el camino iba hacia Hermosilla y de allá un ramal partiría hacia Briviesca y el otro hacia Busto, Cubo y Pancorbo. Consultaré la tesis doctoral de la UBU de Salvador Domingo Menas que tú citas en la bibliografía y que está en pdf en la web de la UBU. Pienso escribir una reseña de tu libro y del de Manu Gil en la revista La Bureba 30 días. En fin, felicitaciones nuevamente y a ver si cuando te acerques en vacaciones nos encontramos un día para conocernos y charlar un rato en Poza. Yo vivo en Briviesca y voy todas las semanas a mi pueblo, por lo que con mucho gusto me acercaría a Poza. Un abrazo. Prof. Dr. Rodrigo Conde Tudanca

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    • Estimado Rodrigo. Muchísimas gracias por tu comentario, como siempre muy generoso. Puedes imaginar lo que me ilusiona que el libro haya despertado tu interés. Tomo, por supuesto, buena nota de la corrección del error en la medida para saber las cepas de vid. También para mi será un gusto conocerte personalmente y tener ocasión de charlar, para lo que espero que haya ocasión muy pronto. Un fuerte abrazo.

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