No debiera representar ninguna novedad apuntar que la formación en aula es hoy, como foco predominante, una aproximación muy limitada al aprendizaje en las organizaciones.
El desafío impuesto por la complejidad y la velocidad de cambio de los entornos actuales está incluso superando notables avances como los itinerarios formativos, el blended learning o el aprendizaje informal autodirigido y apoyado por el responsable de equipo.
Se hace necesaria la incorporación del aprendizaje a los propios procesos o flujos de trabajo, asociándolo al desempeño y desplegando, de forma sistémica, un variado conjunto de opciones para su continuo apoyo.
El modelo de Rosenberg y Foreman
Este viene a ser el punto de partida del enfoque de los ecosistemas de aprendizaje y desempeño que Marc J. Rosenberg y Steve Foreman desarrollan en un completo y muy sugerente white paper que lleva por título Learning and Performance Ecosystems: Strategy, Technology, Impact and Challenges (*). Las líneas que siguen tratan de ser un resumen de este trabajo.
Para los referidos autores los ecosistemas de aprendizaje y desempeño promueven la efectividad individual y organizativa conectando a las personas y apoyándolas con una amplia gama de contenidos, procesos y tecnologías para guiar el desempeño.
Este novedoso enfoque sitúa a la persona y su desempeño en el lugar central. Y a su servicio incorpora, de manera muy flexible y adaptable, seis componentes básicos:
- Gestión del talento, para desarrollar personas y equipos.
- Apoyo al desempeño, para conseguir rendimiento en sus tareas.
- Gestión del conocimiento, para facilitar acceso ágil y fiable a la información.
- Acceso a expertos, para consultar a quienes tienen experiencia.
- Colaboración y trabajo en red, para compartir ideas, conocimientos y experiencia en la solución de problemas.
- Aprendizaje estructurado, para formarse en conocimientos y habilidades (en aula y online).

Los seis componentes básicos de un ecosistema de aprendizaje y desempeño (Fuente: “White Paper. Learning and Performance Ecosystem”, por M.J. Rosenberg y S. Foreman, 2014).
La construcción de estos ecosistemas puede seguir secuencias muy distintas según las necesidades reales y debe adaptarse a los niveles de competencia de las personas en sus distintas responsabilidades. Por ejemplo, alguien de baja competencia necesitará, sobre todo, aprendizaje estructurado; por contra, un especialista demandará principalmente colaboración y trabajo en red.
Los building blocks: contenidos, procesos y tecnología
Además de esta perspectiva en la persona como centro del ecosistema, Rosenberg y Foreman subrayan la importancia de los tres buiding blocks de los seis citados componentes: contenidos, procesos y tecnología.
Evidentemente, sin los contenidos adecuados el ecosistema no tiene valor agregado. Y los contenidos pueden empaquetarse de formas muy diversas: documentos, presentaciones, conversaciones, videos, libros y revistas, bases de datos… Lo relevante no son tanto ni el quién ni el cómo o dónde de su generación como su calidad y su utilidad para un mejor desempeño.
El segundo de los building blocks, los procesos, ayudan a que las cosas se hagan individual o colectivamente, tanto en la perspectiva de la organización del negocio como en la del diseño y funcionamiento del propio ecosistema de apredizaje y desempeño.
El tercero es la tecnología, sin la cual el ecosistema tendría una capacidad muy limitada. La tecnología conecta a los usuarios con los contenidos correctos y sirve de soporte a los procesos que permiten gestionarlo todo eficientemente. Para ello son múltiples los sistemas y aplicaciones que pueden incoporarse al ecosistema; cada uno de los seis componentes requerirá los suyos y será vital que todos encajen bien en una arquitectura coherente.

Ecosistema de aprendizaje y desempeño: integración de sus componentes primarios con los tres building blocks básicos y la Cutura Organizativa (Fuente: “White Paper. Learning and Performance Ecosystem”, por M.J. Rosenberg y S. Foreman, 2014).
El lugar de la Cultura Organizativa
La perspectiva de la Cultura Organizativa es siempre decisiva a la hora de pensar en cualquier intervención en un sistema humano. También los ecosistemas de aprendizaje y desempeño interactúan con la Cultura y son influenciados por ella.
Rosenberg y Foreman consideran a este respecto que son siete los factores culturales aque resultan críticos para la implantación del enfoque que proponen:
- El liderazgo de la dirección.
- La orientación a la tecnología.
- El sentido de propiedad y el control.
- Las actitudes en torno al aprendizaje y el desempeño.
- La aportación de la función de Formación y Desarrollo.
- El presupuesto, los recursos y el tiempo.
- La utilización de estándares e indicadores.
Conclusión: un cambio de dirección
La maximización del aprendizaje y el desempeño es hoy una prioridad para cualquier tipo de organización. Aceptarlo de verdad va a exigir cambiar de dirección en muchas de las cosas que ahora estamos haciendo.
Modelos como el que aquí he resumido pueden ser una buena palanca para llevar cuanto antes a cabo ese cambio de dirección y conseguir el impacto que buscamos.
Jaime Urcelay
(*) The eLearning Guild, 2014. El documento completo puede descargarse de manera gratuita en este enlace: http://www.elearningguild.com/publications/index.cfm?id=53&from=home&utm_campaign=wp-eco1411&utm_medium=link&utm_source=lsmag&_ga=1.249246734.805516399.1454255773