En la primera parte de este artículo intenté justificar la necesidad de una mentalidad estratégica para alcanzar nuestras aspiraciones profesionales.
Propuse también un modelo para su aplicación en la práctica (ver gráfico) recorriendo el camino que va desde la Visión -para cuya identificación mencioné el inspirador «concepto erizo» de Collins- a las acciones del día a día. Continúo en esta segunda parte con el resto de bloques y herramientas del modelo.