Estrategia en 5 pasos para un proyecto profesional

Estrategia es una palabra que puede sugerirnos algo complejo y esotérico. Y esto muchas veces es real. Pero no lo es menos que utilizar un enfoque estratégico para un proyecto o para el desarrollo de una organización es, en esencia, sencillo, pudiendo marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Un conocido pasaje de Alicia en el país de las maravillas ayuda a entender mejor qué significa aplicar un enfoque estratégico.

Alicia, desorientada, recurre a un gato para salir del embrollo en el que está metida:

– Podrías decirme, por favor, ¿qué camino seguir para salir de aquí?

– Depende mucho del punto donde quieras ir, contestó el gato.

– Me da casi igual…, dijo Alicia.

– Entonces no importa qué camino sigas, dijo el gato.

Básicamente, aquí está casi todo lo que hay que entender sobre la estrategia: consiste en tener claro dónde queremos ir y elegir, entre diferentes alternativas, el camino más adecuado para llegar allí.

Desplegar de forma coherente esta idea no tiene por qué ser difícil, siempre y cuando adoptemos una triple perspectiva 3D, en tres dimensiones. Primera dimensión: largo. Estrategia implica largo plazo, futuro, ver lejos. Segunda: ancho. La Estrategia debe abarcar todos los elementos en juego, con una mirada sistémica y coherente. Y tercera dimensión: profundo. La estrategia afecta a la identidad, a la razón de ser, a los principios o valores que definen la existencia de una persona, una comunidad, un proyecto, una organización.

Vamos a centrarnos en la aplicación de estos conceptos, en cinco pasos, a un proyecto profesional. El trabajo es una parte importante de nuestra vida que, normalmente, tiene bastante que ver con eso que llamamos una vida lograda. No es solo una cuestión de supervivencia, aunque desgraciadamente el entorno actual, durísimo en este sentido, muchas veces nos impone que sea así. Pero una cosa es aceptar la realidad y sus límites y otra muy diferente la resignación y el abandono. Conviene abordarlo en serio, maximizando las probabilidades de éxito.

Los cinco pasos de la estrategia

Primer paso: la visión. Clarificar dónde me gustaría estar en lo profesional. Cuál es mi visión. Jim Collins, con su famoso concepto erizo, recomendaba encontrar la visión en la intersección entre tres factores: lo que te apasiona profundamente, lo que sabes hacer bien… y por lo que te van a pagar. El concepto erizo ayuda mucho a darle el justo realismo a nuestra visión, sin perder su sentido aspiracional e inspirador.

Segundo paso: el análisis estratégico. Algo tan sencillo -e indispensable- como apreciar bien, desde la visión, mi realidad actual (inclinaciones y características personales, conocimientos, habilidades, recursos de todo tipo, experiencias, contactos, limitaciones…) y la realidad del entorno que me rodea, en términos de oportunidades y amenazas de todos tipo, pero incorporando una perspectiva anticipatoria, es decir, teniendo en cuenta tendencias. La herramienta del DAFO es aquí casi insustituible. Nos proporcionará descubrimientos insospechados.

Tercer paso: elección estratégica. El análisis hace emerger, entre otros, dos elementos importantes: cuál es mi competencia esencial y cuáles son los factores clave de éxitopara hacer posible mi visión en un entorno dinámico. Uno y otro sugerirán cuál debe ser el posicionamiento estratégico básico–o sea, en qué tengo que poner mi foco principal- y cuáles son las áreas o dimensiones en las que tengo que conseguir avances concretos. Por ejemplo: en aprendizaje y formación, en información, en network, en marca personal…

Cuarto paso: metas estratégicas. De medio o largo plazo. Dónde voy a estar o qué tengo que conseguir de aquí a 3 o 5 años, para acercarme a la visión. Hablamos de grandes hitos. Ejemplos: conocer a fondo el sector o la industria X y sus principales actores; o tener un nivel avanzado de inglés…

Quinto paso: objetivos, indicadores y planes de acción. Se trata de llevar las metas a la realidad por medio de pasos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y en un tiempo previsto (ese es el significado del acrónimo en inglés SMART). Ejemplos: disponer antes del 30 de septiembre de un mapa de cada una de las cinco principales empresas del sector X que incluya ciertos datos; o conseguir, antes de 31 de diciembre, el Cambridge C1 Advanced Certificate.

A partir de ahí solo nos quedará organizar nuestros recursos personales (de los cuales el más valioso es el tiempo) y ponernos manos a la obra. Así aseguraremos que llevamos a cabo los objetivos identificados y sus tareas asociadas. La famosa matriz urgente / importante será, en este sentido, una buena ayuda para el día a día de nuestras decisiones y acciones.

Sun Tzu escribió en El Arte de la Guerra, el más clásico de los libros de estrategia: la victoria puede ser creada. Siempre me ha parecido un buen motivo para enfocar con un sentido estratégico también los proyectos profesionales.

 

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