La villa guipuzcoana de Zumarraga (1), enclavada en el Alto Valle del Urola, cuna del apellido y linaje de los Urcelay, aparece por vez primera documentada en la historia en el año 1366.
En esa fecha, el pretendiente al trono de Castilla, Enrique de Trastamara, donó al Señor de Lazcano el monasterio de Zumarraga, con sus tierras y rentas, origen del primer templo parroquial, Santa María, hoy conocido como ermita de La Antigua. En torno a él, en la ladera del monte Beloki, se agrupaban las familias y caseríos dispersos de la Universidad «independiente» de Zumarraga.