
Fortunato Julián García Hernando (Burgos, 1891 – Burgos, 1972) –Fortunato Julián– es un gran desconocido, pese a ser uno de los artistas burgaleses más geniales del siglo XX.
Los amigos de Poza de la Sal tendrán quizá noticia de él, al menos, por el libro de Fray Valentín de la Cruz Poza de la Sal. Cuerpo y alma de una villa milenaria (1), en cuyas páginas pueden verse cuatro de las acuarelas con motivos pozanos de este singular artista.
No resulta además fácil adentrarse en esta enigmática y polifacética figura, aunque, afortunadamente, y desde que Burgos celebró en 1991 el centenario de su nacimiento, podemos conocer un poco más gracias a la meritoria investigación realizada por el poeta y crítico de arte Antonio L. Bouza, a quien, por cierto, hemos perdido hace tan solo unos días (2).
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