El jesuita Eugénio dos Anjos Jalhay Rogeira (Lisboa, 1891 -id. 1950) fue uno de los protagonistas del decisivo impulso de la arqueología de Poza de la Sal (Burgos) en el primer tercio del siglo XX, al que vengo dedicando particular atención en este blog. Este portugués, de padre belga, cursaba por aquel entonces sus estudios sacerdotales de Teología en el Colegio Máximo de Oña (Burgos) (1919-1923), de la Compañía de Jesús, y allí se ordenó sacerdote en 1922.
Antes de su llegada a tierras burgalesas, Jalhay había ya participado en excavaciones científicas y se convertiría pronto en una personalidad de la arqueología de Portugal, a la que realizó notables contribuciones. También se deben destacar sus exploraciones de la prehistoria en el norte de España, en colaboración con el profesor Hugo Obermaier y el conde de la Vega del Sella.
Considerado uno de los más activos adalides de la prehistoria peninsular, fue muy apreciado, como persona y como científico, por sus colegas españoles de la época. Sobresalió también por su dedicación sacerdotal a la dirección espiritual de seminaristas y de los estudiantes de la Acción Católica (1).