En el mundo de las organizaciones las palabras facilitación o facilitador tienen un significado bastante reconocible. Se trata del especial rol que en determinadas reuniones tienen una o varias personas cuya responsabilidad es proporcionar estructura y proceso a las interacciones de los participantes. Su propósito es que el grupo funcione con más efectividad para alcanzar los objetivos propuestos.
El valor añadido de un facilitador a los resultados de una sesión participativa es evidente, siempre y cuando los comportamientos que despliegue y las técnicas y herramientas que utilice sean los idóneos. En otro caso, el facilitador puede convertirse más bien en un obstáculo o en una distorsión para la consecución de resultados por el grupo. Esta diferencia en la competencia del facilitador es en la práctica muy importante, como sabe cualquiera que haya participado en reuniones, talleres o focus groups en los que se haya hecho uso de este rol. Sigue leyendo