Me llamo Jaime Urcelay Alonso. Guipuzcoano de Poza, nacido en Madrid, donde también resido ahora con mi mujer, nuestros cinco hijos y Patxi, un RBA genuinamente galindero.

Estudié el colegio con los jesuitas y, tras licenciarme en Derecho en la UAM, presté durante ocho años servicio en la Armada Española como Oficial del Cuerpo Jurídico (EC), cuatro de ellos como profesor de la Escuela Naval Militar.

Me incorporé después a la empresa Hidroeléctrica Española (tras la fusión con Iberduero, Iberdrola) siguiendo desde entonces mi carrera profesional en puestos directivos de Recursos Humanos (RH), Organización y Calidad de diferentes empresas nacionales y multinacionales. Durante este tiempo completé mi formación con el Programa de Dirección General (PDG) del IESE, el Programa de Herramientas de Liderazgo del IE y otros cursos de especialización.

Junto a esa dedicación profesional, durante bastantes años he sido consultor para organizaciones, con foco principal en la transformación y gestión del cambio, y docente de RH, Estrategia y Liderazgo en programas de postgrado universitario, en escuelas de negocio y en otras entidades dedicadas a la formación.

En Linkedin puede consultarse mi currículo profesional completo.

En paralelo a lo profesional, también he procurado, desde los años de la Universidad, ser activo en el campo social y cívico. Y ahí sigo, participando e intentando aportar valor en distintas iniciativas y realidades.

En cuanto a este blog, tiene el propósito de compartir por escrito lo que he ido descubriendo mientras navegaba y lo que vaya apareciendo en las nuevas madrugadas en mi rumbo a Ítaca…

Son ya bastantes textos, que van desde lo que profesionalmente me ha resultado más cercano —Estrategia y Gestión,  Liderazgo y Responsabilidad Social de la Empresa y Ética de los Negocios-, a las pequeñas investigaciones sobre el Linaje Urcelay o Ucelay o sobre el querido pueblo de mis antepasados paternos más cercanos (Poza de la Sal, en el norte de Burgos), pasando por inquietudes y opiniones sobre cuestiones muy diversas  que me preocupan y con las que me siento comprometido: la dignidad humana y las libertades, la cultura, la educación, la sociedad civil y la participación social… O, simplemente, sobre la vida, el arte, los libros, el cine… Estos escritos los estoy incorporando a las secciones Bien Común, Educación, Familia y Vida, Mis Lecturas, Cine y Miscelánea.

De todo ello estaré encantado de dialogar a través de los comentarios de las entradas o de mi mail jurcelay09@gmail.com

Muchas gracias, amigo, amiga, por visitar este blog.

PD. La frase de la cabecera –La vida es tu navío, no tu morada– la he tomado de Santa Teresa de Lisieux (Francia, 1873-1897), quien a su vez la recogió del poeta Alphonse de Lamartine:

A veces me sentía sola, muy sola. Como en los días de mi vida de internado, cuando me paseaba triste y enferma por el enorme patio, yo repetía siempre estas palabras, que hacían renacer siempre la paz y la fuerza en mi corazón: «La vida es tu navío, no tu morada». Cuando era pequeñita, estas palabras me levantaban la moral. Y todavía hoy, a pesar de los años, que hacen que desaparezcan tantos sentimientos de piedad infantil, la imagen del navío sigue cautivando mi alma y la ayuda a soportar el destierro… ¿No dice la Sabiduría que la vida es «como nave que surca las aguas agitadas sin dejar rastro alguno de su travesía…?» (Ms A 41r).

Un texto de San Francisco de Sales completa su sentido:

Esta vida es corta, las recompensas son eternas. Obremos bien, unámonos a la voluntad de Dios; que sea esa la estrella en la que se fijen nuestros ojos en esta navegación y así llegaremos bien  (O.C. XIII, 16).

La pintura –La devoción hacia el abuelo- es de Albert Anker (Suiza, 1831-1910).