Un manuscrito de 1806 sobre las antigüedades de Poza de la Sal (IV). Identificación de monumentos arqueológicos y epigrafías

Mucho más interés tiene, a mi juicio, la específica identificación que Miguel Ortiz lleva a cabo de determinados monumentos arqueológicos y epigrafías procedentes de Poza y que no serán objeto de estudio sino algo más de un siglo después, de la mano, fundamentalmente, de Fidel Fita (1), Luciano Huidobro (2), Martínez Santa-Olalla (3), Enrique Herrera (4) y Juan Manuel Fernández (5) y, mucho más modernamente, de José Antonio Abásolo y María Lourdes Albertos, que en 1976 publicaron una completa sistematización de las epigrafías de Poza (6).

Curiosamente en estos «redescubrimientos» del siglo XX nadie parece acordarse de los hallazgos reseñados un siglo antes por Miguel Ortiz Otáñez en su informe a la Real Academia de la Historia de 1806, salvo en el caso de Abásolo y Albertos que sí tuvieron presentes -aunque no citen a dicho autor- los manuscritos derivados de los hallazgos de 1806. Dos de los monumentos descritos por Ortiz serán claves, como en seguida veremos, para la moderna reducción de Poza a Flaviaugusta, que debemos al mencionado Fita (7) y que corroboraron después Abásolo y Albertos (8).

Los monumentos y epigrafías a los que me refiero son los que paso a presentar a continuación.

1. Estela funeraria de la Hospedería de Nuestra Señora de Pedrajas.

La estela de la Hospedería de Ntra. Sra. de Pedrajas, en Poza de la Sal.

Aparece mencionada en el pliego 13 del Informe de Ortiz:

«Las lápidas que he visto están en (…) la Puerta de la Hospedería de Nuestra Señora de Pedrajas otra (…).

(…) La que está sobre la Puerta de la Hospedería de Nuestra Señora de Pedrajas no se lee bien, pues está a la inclemencia y comida por las aguas, se lee lo siguiente:

D Ma= WL= Ila= Co=HIE=MMER=Fili.o MXXX=LIBERTI=COLITUS SEXTANUS ET COETA= O SILIA ERGO

Cuio contesto no puede percibirse bien (…)».

Esta estela, que en la actualidad se encuentra reposando en el suelo frente al Retablo de la Virgen del Rosario de la Iglesia de San Cosme y San Damián de Poza de la Sal, mereció un trabajo del P. Fidel Fita en 1915 (9), en el cual se presentaba como «inédito» el descubrimiento de este monumento, cuya inscripción se sumaba a la demostración -con otras seis inscripciones romanas- «de que en Poza de la Sal estuvo la ciudad autrigónica Flaviaugusta, afiliada a la tribu Quirina», y de la importancia que tuvo a partir del primer siglo de la era cristiana.

La estela en su actual ubicación frente al Retablo de la Virgen del Rosario, en la Iglesia de San Cosme y San Damián de la villa de Poza de la Sal.

Según Fita, que acompañaba una fotografía de la pieza, se trata del tercio superior de una estela funeral de 68 cm de alto por 50 de ancho y 35 de grueso, similar a otra estela completa hallada en Carcastillo.

El descubrimiento se debía a Enrique Herrera, quien buscando las extraviadas lápidas que había copiado en el siglo XVI Benedetto Ramberti (10), encontró el citado fragmento empotrado detrás de la barandilla de un balcón de la hospedería de la Ermita Santuario de Nuestra Señora de Pedrajas (11).

La inscripción, siempre según Fita, es la siguiente:

D(is) Ma(nibus). Coelie Materne, Quoeli f(ilie), an(orum) XXX liberti Coelius Sextianus et Coelia Hispita et Co(elia…

Con el significado:

A los dioses Manes. A Celia Materna, hija de Quelo, de edad de treinta años, este monumento hicieron sus libertos Celio Sextiano, Celia Hóspita y Celia…

Comparando esta estela con la ya citada de Carcastillo y con la de Alberite, el ilustre epigrafista interpreta el emblema de la parte superior del fragmento con la «rueda del carro» o carrera del mismo sol que tendría su explicación en la luz de los astros que, según Virgilio (Eneida, VI, 640-641), gozan las almas de los justos, felices habitantes de los Campos Elíseos.

Respecto al resto de la lápida, supone Fita que no debió ser muy diferente de la base de la estelas de Carcastillo y Alberite -cuyas fotografías reproduce en su artículo-, en las que aparecen relieves de lunas y arcos de puente, similares a los que presentan las famosas estelas en forma de casa procedentes de la necrópolis de la Granja «La Vieja», próxima al tantas veces citado Cerro del Milagro, en el término de Poza (12).

Por su parte, Martínez Santa-Olalla (13), se refiere a este monumento como el más relevante del género de estelas pura y típicamente romano que se han encontrado en Poza, coexistiendo con las famosas estelas en forma de casa. Afirma que apareció en 1751 al sacarse piedra de La Vieja para edificar la hospedería del Santuario de Pedrajas, donde fue «redescubierta», como ya sabemos, por Herrera. Su interpretación de la epigrafía coincide con la de Fita.

Abásolo y Albertos (14) señalan que era «conocida en la época de los manuscritos que aluden a las antigüedades de Poza de la Sal»  y que tras ser extraída del muro de la Hospedería, «se dispuso sobre la fuente (¿romana?) frente a la misma y hoy se halla en el interior de la parroquia del pueblo». En cuanto a la epigrafía, respeta, salvo en algún detalle, la propuesta por Fita y Martínez Santa-Olalla.

Con esos «manuscritos» pueden estarse refiriendo dichos autores bien al de Miguel Ortiz, o bien uno anterior -en concreto de 1796- firmado por el P. Saturnino Andrés Díez Guilarte («cura y beneficiado» de la parroquia de Poza) escrito, «por encargo del Cabildo», a petición del geógrafo Tomás López. Estaba destinado a su Diccionario Geográfico para la Real Academia de la Historia.  El referido sacerdote menciona una «lápida gótica en la obra del Santuario de Pedrajas, sobre la puerta» (15).

2. Lápida de la calle de las Procesiones de la villa de Poza de la Sal.

Lápida Procesiones Fita

La lápida en la Calle de las Procesiones, según reproducción de Fita

Miguel Ortiz se refiere a ella en el pliego 12:

«Las lápidas que he visto están en (…) y en la casa principal de los Salamancas está una a su puerta de 5 quartas de largo y 3 de ancho que dice así:

Popilio Fra=vo Campan= F.An 28=Parentes F.C. erzo es. APopilio Haro, hijo de Campano o de Campania de 28 años de edad, sus Padres le hicieron y consagraron este Monumento».

Se encuentra todavía esta lápida en la calle de las Procesiones núm. 1 de la villa de Poza, incrustada en la pared de una casa ordinaria. Fita la describió en su artículo publicado en 1915 «Epigrafía romana y visigótica de Poza de la Sal, Mérida y Alburquerque» (16) y atribuye su «descubrimiento reciente» al P. Enrique Herrera, del Colegio Máximo de San Francisco Javier, de la cercana localidad de Oña (17). La casa en la que está incrustada era conocida entonces como de Abril. Mide la piedra 28 por 62 centímetros.

Calle de las Procesiones

La Calle de las Procesiones nº 1 de Poza, en la actualidad. Con una flecha está señalada el lugar en el que aparece reutilizada la lápida romana junto con otros restos arqueológicos.

Restos 7

La misma lápida vista de frente.

La epigrafía es, de acuerdo con Fita, la siguiente:

Popilio Flavo Campani f(ilio) an(orum) XXVIII parentes f(aciendum) c(uraverunt).

Con el significado:

A Popilio Flavo, hijo de Campano, de edad de 28 años, erigieron sus padres este monumento.

La lápida aparece entre las reseñadas por el ya citado Ramberti en el siglo XVI (R.165), consignando que «yacía en el terreno de una viña de Pozza». Hübner la incluye también en su Corpus (n. 750), si bien situándola por error, como ya se ha señalado, en Brozas (Cáceres).

Martínez Santa-Olalla (18) también menciona esta lápida funeraria que, según afirma, hace pareja en la Casa de Abril con otra medieval. Su epigrafía coincide con la de Fita.

Abásolo y Albertos (19) consideran los nombres propios de indígenas romanizados. Constatan, además, que «la lápida ya aparece en dos manuscritos conservados en la Biblioteca Nacional y en la Biblioteca de la Academia de la Historia, respectivamente». El de la Real Academia coincidiría con el Informe de Ortiz, mientras que el de la Biblioteca Nacional se correspondería con la referencia Ms. 18.227 o con el ya citado texto de Díez Guilarte para el Diccionario de Tomás López.

3. Lápida de la subida al coro bajo de la Ermita de San Blas.

La lápida de la subida al coro bajo de la Ermita de San Blas de Poza de la Sal. En la actualidad se encuentra en los almacenes del Museo de Burgos, inventariada con el núm. 136 y catalogada erróneamente como procendente de Lara de los Infantes. Fue comprada por el Museo a un particular en 1907, dentro de un lote de antigüedades de diversas procedencias, en su mayor parte de la citada población de Lara.

Nuevamente encontramos la referencia del informe de Miguel Ortiz en el pliego 12:

«Las lápidas que he visto están (…) otras dos en la Hermita de San Blas de Poza (…).

Las lápidas de San Blas, que una está al ir a subir al coro bajo, tiene de ancho una tercia poco mas y de largo una quarta y dos dedos dice así:

Pompeyae Flavinae Flavi=Fil.año XX=Parentes=F.C.»

Fita describe esta pieza, a la que da gran importancia, en sendos trabajos. El primero de ellos lleva por título «Viaje Epigráfico» y corresponde al año 1905 (20). Diez años después volvería sobre él en el ya citado «Epigrafía romana y visigótica de Poza de la Sal, Mérida y Alburquerque».

Atribuye la noticia del descubrimiento de esta lápida romana a Luciano Huidobro y, según afirma, apareció al abrirse los cimientos de la reedificación de la casa nº3 de la Plaza Mayor, adosada a la antigua muralla de la villa. Esta localización se corresponde mal con la ubicación señalada por Ortiz Otáñez, ya que la Ermita de San Blas se encuentra fuera de la población de Poza, en el arranque del camino de Los Molinos, saliendo de la villa por el barrio de Los Corrales.

Se trata de una piedra sepulcral de fines del primer siglo con la inscripción siguiente:

Pompeiae IHavinae Flavi fil(iae) an(norum XX, párenles f(aciendum) c(uraverunt).

Cuyo significado es:

A Pompeia Flavina, hija de Flavio, de edad de veinte años, erigieron sus padres este monumento.

La lápida fue trasladada, después de su descubrimiento, al actual Museo de Burgos. Curiosamente, en el Catálogo del Museo de 1935, en el que aparece con el número 136, se dice que procede de Lara de los Infantes (21). Así figura también en el actual inventario del Museo.

Martínez Santa-Olalla dice que esta lápida se mencionaba ya en «viejas notas de hallazgos en Poza de la Sal» -con referencia a un manuscrito firmado P. G. B. del 12 de octubre de 1787- y que «reapareció en la casa del número 3 de la Plaza Vieja de Poza de la Sal» (22).

Abásolo y Albertos, en su moderna recapitulación de las epigrafías pozanas, confirman -transcribiendo literalmente el texto de Ortiz sin citarle- que su origen «parece que se hallaba en la desaparecida ermita de San Blas («al ir a subir al coro bajo») para ser aprovechada más tarde en una de las casas de la Plaza Mayor de Poza» (23).

Referir, por último, que también el ya citado Díez Guilarte menciona el ejemplar -«otra (lápida) en en suelo de la hermita de Sn. Blas»-, aventurando una lectura de su epigrafía (24).

4. Columna miliaria o ara de la pila de agua bendita de la Ermita de San Blas.

Ara con epigrafía procedente de la Ermita de San Blas, situada actualmente frente al Retablo de San Andrés de la iglesia de Poza.

Así la describe Ortiz en los pliegos 12 y 13:

«Las lápidas que he visto están (…) otras dos en la Hermita de San Blas de Poza (…).

La que está a la pila del agua bendita tiene 3 quartas de largo, y dos escasas de ancho, es a modo de una columna miliaria, moldada por arriba y abajo dice:

Publim=Puis=VaxiusFlavis AugPontif= Ex Suo Voto»

Abásolo y Albertos (25) se refieren posteriormente a este monumento, que en la actualidad se halla en la Iglesia Parroquial de San Cosme y San Damián, en Poza de la Sal, frente al retablo de San Andrés.

Afirman que mide 70 x 43 cm y que procede de la derruida ermita de San Blas. Se trataría de un ara pero que bien pudiera ser un pedestal que llevara encima la estatua de un dios.

Su identificación había sido ya publicada por Abásolo en 1973, pero reconocen que el manuscrito que se refiere a las antigüedades de Poza de la Sal, de la Academia de la Historia -es decir, el de Miguel Ortiz- contenía ya la cita que hemos reproducido más arriba.

Los mencionados autores leen, con dudas, lo siguiente:

//////^ΙYS ///AREVSFI ///AVIAVG 0//I LEGV EXS VOTO

Lo más llamativo para ellos es la denominación [FL]AVIAVG que respondería a «flaviaugustae» o «flaviaugustanus», la ciudad originaria del dedicante. Esta mención «confirmaría plenamente la tesis de Fita -contraria a la de Sánchez-Albornoz- de que en Poza de la Sal se halló ubicada la ciudad de Flavia Augusta», sin perjuicio de que se llamase primeramente Salionca.

Sobre el ara pozana volvió en 2011 Ángel A. Jordán (26), recapitulando también lecturas del monumento proporcionadas por J.M. Solana, J. Hernández Guerra, S. Crespo Ortiz de Zárate y A. Alonso Ávila. Añade, además, alguna precisiones sobre lo que considera la lectura correcta, aportando como novedad, en lo que se refiere a la cuarta línea, la secuencia LEG VI al final del renglón. «De ser correcta esta lectio -concluye Jordán-, la inscripción mostraría el primer caso conservado
de un eques de esta legión en la Península Ibérica. Además, dado que la
legio VI Victrix permaneció en la provincia hasta el 70 d.C.21, se puede tomar
esta fecha como término ante quem para la datación del epígrafe».

Mencionar por último que, según narra Feliciano Martínez Archaga en la entrevista que publicamos en «Páginas de la Historia de Poza de la Sal» (Ciudadela, 2011), para él se trataba de un «ara ibérica» que localizó en la ermita de San Blas y que mandó llevar en una carretilla al templo parroquial de Poza.

El ara romana en su actual ublicación frente al Retablo de San Andrés, en la Iglesia parroquial de Poza de la Sal.

5. El sarcófago esculturado del abrevadero de la Ermita de Nuestra Señora de Pedrajas.

Vieja fotografía del sarcófago paleocristiano de Poza, cuando el entonces Museo Arqueológico de Burgos se encontraba emplazado en el Arco de Santa María. La imagen está tomada del libro de Luciano Huidobro «Contribución al estudio del arte visigótico en Castilla» (Valladolid, 1916)

Aunque no es del todo claro, Ortiz Otáñez parece referirse en dos ocasiones a este monumento, al que, bajo el título «El sarcófago paleocristiano de Poza de la Sal», dediqué un amplio capítulo en el referido libro (ver en este blog El sarcófago de Poza o de la Adoración de los Reyes Magos).

Las referencias de Ortiz están en el pliego 13:

«(…) En la (…) la Hospedería de Pedrajas (…) tras de su Huerta en la Fuente que es bebedero de toda Caballería hay una lápida mui crecida tallada con alusiones y geroglíficos de la gentilidad, figurados allí varios genios (…).

(….) Cuio contesto no puede percibirse bien, como ni lo que quiere decir el sepulcro, que de una sola pieza mui crecida y ancha está tras dicha Hermita, y sirve de bebedero en su fuente, que hace algunos años se bajó a este fin de la villa de Poza; está todo adornado de Genios, corazones y niños [ilegible].

Aunque la primera mención es a «una lápida», parece evidente que se trata del mismo sepulcro que aparece, según acabamos de transcribir, unas líneas más abajo.

En cuanto a las investigaciones posteriores sobre este sepulcro, sus características y vicisitudes, me remito al capítulo del libro mencionado.

6. El acueducto romano.

Primeros arcos del acueducto, en Fuente Vieja junto a los lavaderos de Poza, en una fotografía de los años 50 del siglo pasado (¿de Fede?), antes de que se acometiese la reforma del conjunto.

Finalmente, resultan de gran interés las noticias de Ortiz Otáñez sobre el acueducto que conducía el agua desde las salinas de Poza hasta la ciudad romana del Cerro del Milagro. Dice así el Oidor de la Chancillería de Valladolid en el pliego 16 de su informe:

«Y de que allí hubo una gran Ciudad, que no denominándose en aquel sitio por alguno de los Historiadores y geógrafos antiguos e, ignorándose ciertamente donde estuvo la gran población de Cantabria, da indicios fue allí su asiento, se infiere del gran aqueducto que en estos últimos años del siglo 18 se ha descubierto en la villa de Poza, el cual se conoce descendía desde la montaña, donde hoy están las Salinas hasta dicho término, a donde hoy conduce las copiosas y cristalinas aguas que fertilizan su suelo, hallándose muchas magníficas losas labradas con más de una tercia de diámetro taladradas para arriba, y por abajo, y con encaje unas con otras para que no se filtrase el agua; dispuesta su argamasa en otros sitios con tanta trabazón, que parece petrificada; y no podía menos de ser para una gran población y rica por su corte; de esas lápidas se han sacado varias para la nueva obra del Hospital, que se halla a la salida para Burgos, y aun he visto otras entre las viñas que dirigen en recto al citado término de Milagro y Nuestra Señora de Pedrajas».

Es destacable que también Pablo Echevarría, en el escrito de exculpación que dirige el 30 de Junio de 1806 a Pedro de Cevallos se refiere al acueducto entonces recién descubierto:

«A este sitio (se refiere a la que entonces se conocía popularmente como “ciudad del Milagro”) bajan las aguas de una copiosa Fuente q. hay en la villa, y sirven, y se aprovechan, en el riego de Hortaliza; y se advierten en algunas partes de la dirección especialmente cercanas a la Fuente, trozos de aqueductos de aquella argamasa, compuesta de pedregales, y cal mui fuerte, q. siven en el día de parte de mampostería en las paredes de diversas huertas».

Acueducto 5

Loseta en recuerdo del acueducto colocada en la zona de las huertas, tras salvar el río Torca, en las que el acueducto transcurría por el suelo, según puede apreciarse todavía por algunos vestigios.

Este acueducto ya había merecido la atención dos siglos antes del embajador y poeta veneciano Andrea Navaggero, quien estuvo preso en Poza por orden del Emperador Carlos V. En su deliciosa obra “Viaje por España (1524-1526)» (27) describe los alrededores de la villa y, entre otras, hace la siguiente mención:

«Fuera de Pozza a media legua en un collado y desde su falda al rio Homino, que pasa cerca, se ven muchos vestigios de una terra antigua que estaba situada allí, y por el camino que va de Poza se ve un conducto de agua roto que bajo tierra que viene de detrás de Poza por las Salinas» (28).

Con más detenimiento y en el contexto de su descripción de la estación romana del Cerro del Milagro, será Julio Martínez Santa-Olalla quien en 1928 aporte una descripción más completa del antiguo acueducto romano al que se ya se refería Ortiz 122 años antes (29).

El acueducto partía de la actual fuente de los lavaderos de Poza -conocida como «Fuente Vieja»-, que con su abundante caudal proveyó a las necesidades de agua de la población romana. Desde allí  salvaba en seguida la estrecha barrancada de la Torca con tres arcos de piedra de desiguales dimensiones, que todavía se conservan en la actualidad en buen estado. En estos arcos se puede reconocer algo de obra romana, aunque las sucesivas reconstrucciones realizadas a lo largo de los siglos han ido modificado su configuración originaria (30).

Salvada la Torca, continuaba después el acueducto por las huertas hasta el término de la Reina, que da vista al Santuario de Pedrajas, tratando de conservar la altura y el nivel normal. Se trata en este tramo de de un conducto hecho en la tierra con unos 60 cm de lado. De él queda aun algún resto, que ha sido señalado en los últimos tiempos, según puede verse en una de las imágenes que acompañan estas líneas.

Del término de la Reina al del Milagro ha de salvarse el vallejo de Valdélez, de unos 400 metros en línea de aire, y aquí el acueducto se elevaba con una arquería de gran altura -hasta 15 metros en algunos sitios- a fin de abordar el Cerro del Milagro por su lado sur, en el que Martínez Santa-Olalla describe «una profunda canal de dimensiones iguales a las antes citadas, ahora que labrada en la roca arenisca que forma el cerro». Por nuestra parte, hemos explorado concienzudamente el Cerro pero no hemos conseguido encontrar vestigios de la mencionada canal.

También Martínez Santa-Olalla transcribe en las notas de su trabajo ya citado parte de un manuscrito firmado P.G.B. y fechado en Poza de la Sal el 12 de octubre de 1787, en el cual se contiene la siguiente referencia al acueducto:

«31…el agua se lleva a las huertas por tres arcos de piedra que dispuso el Arte antiguamente sobre la tal Torca; hay unos canales por las que se ve caminaba en lo antiguo dicha fuente por un conducto de argamasa caliza y piedra pequeña de tamaño de nueces, y tres cuartas en cuadro, una baja al término de Rana -no Rana, sino Reina, o, al menos, hoy en día Reina- que da vista al Santuario de Pedrajas y La Vieja, y a trozos se demuestra el tal conducto, que según el estilo que tenían los romanos en sus fábricas, fueron hechura de éstos; se juntan en el puente nuevo que da bajada a la villa de Salas» (31).

(Continuará)

Jaime Urcelay

(Actualizado el 07/09/2019)

ADENDA 30/12/2017

Casi a la vez que el precedente texto aparecía publicado el trabajo de Ángel A. Jordán «Precisiones a un altar votivo de Poza de la Sal : un eques de la Legio VI Victrix»  (Hispania Antigua, nº 35, Universidad de Valladolid, 2011). En él, Jordán presenta una nueva hipótesis de lectura del monumento 4 (Columna miliaria o ara de la pila de agua bendita de la Ermita de San Blas) al que me he referido más arriba. Según este autor, la nueva autopsia realizada por él permite identificar a un eques de la legio VI Victrix, siendo el primer caso atestiguado en la Península Ibérica.

También quiero dejar aquí testimonio gráfico de la meritoria acción para la puesta en valor del monumento 2 (Lápida de la calle de las Procesiones de la villa de Poza de la Sal), llevada a cabo recientemente por iniciativa de mi buen amigo Carlos González Unda. 

Lamentablemente esa buena iniciativa ha coincidido casi en el tiempo con la mezquina destrucción de la loseta en recuerdo del acueducto que reproduje más arriba, cuya colocación fue también en su momento obra de Carlos.

 

(1) Fita, F.: «Viaje Epigráfico», Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo LXVII, 1905; «Epigrafía romana y visigótica de Poza de la Sal, Mérida y Alburquerque», Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo LXVII, Cuaderno V, 1915; «Nueva inscripción romana en Poza de la Sal, villa del Partido de Briviesca, en la Provincia de Burgos», Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo LVIII, 1916; y «Antigüedades romanas de Poza de la Sal, en el Partido de Briviesca, Provincia de Burgos», Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo LXIX, Madrid, 1916.

(2) Citado por Fita en sus trabajos.

(3) Martínez Santa-Olalla, J.: op.cit.

(4) Herrera, E.: «Descubrimientos ibero-romanos en la Bureba (Burgos)», Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, Congreso de Sevilla,Tomo VII, sección 5ª – Ciencias Sociales, Imprenta Clásica Española, Madrid, 1921. Sobre Herrera y las antigüedades de Poza, ver también la nota «Desde Poza de la Sal. Interesante conferencia» en Diario de Burgos de 29 de diciembre de 2015.

(5) Fernández, JM.: «Epigrafía romana en Autrigonia», Altamira, 1 a 3, Santander, 1969. Es una buena recapitulación de las epigrafías publicadas procedentes de la región autrigona, que previamente acota con rigor en base a las más fundadas opiniones de los historiadores.

(6) Abásolo, J.A. y Albertos, M.L: op.cit.

(7) Fundamentalmente en «Epigrafía romana…», op.cit.

(8) Abásolo, J.A. y Albertos, M.L: op.cit., págs. 406 y 407. Confirman la tesis de Fita con la epigrafía del ara de piedra caliza procedente de la Ermita de San Blas.

(9) Fita, F.: «Nueva inscripción…», op.cit., págs. 66 a 74.

(10) Erudito y diplomático (Venecia, 1503 – c.1547), recogió cuatro inscripciones romanas encontradas en Poza de la Sal en su colección epigráfica (“Epitaphia e diversis Orbis terra partibus Benedecti Rhamberti Veneti diligentia ae studio olim collecta, asque ab ejusdem exemplari nunc… manu descripta MDLXI”, manuscrito de 1521 en la Biblioteca del Seminario de Padua, Italia). Siglos más tarde, Aemilius Hübner, al imprimir los volúmenes de su «Corpus Inscriptionem Latinarum» correspondientes a España citó estos epígrafes pero identificó «Pozza» con la localidad de Brozas, cercana a Cáceres (Cfr. Martínez Santa-Olalla, J.: «Antigüedades…», op.cit. pág. 127).

(11) La hospedería empezó a edificarse en 1749 (Cfr. Martínez Archaga, F.: op.cit. pág. 176).

(12) Vid.: Abásolo, J.A., Albertos, M.L., y Elorza, J.C.: «Los monumentos funerarios de época romana, en forma de casa, en la región de Poza de la Sal (Bureba, Burgos)», Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Burgos, Burgos, 1975.

(13) Martínez Santa-Olalla, J.: «Antigüedades…», op.cit. págs. 146 y 157.

(14) Abásolo, J.J. y Albertos, M.L.: «Acerca de unas inscripciones de Poza de la Sal», Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, Tomo XLII, Universidad de Valladolid, Facultad de Filosofía y Letras, Valladolid, 1976, págs. 398 y 403.

(15) Cadiñanos, I.: «Cuatro pueblos burgaleses en el Diccionario de Tomás López: Briviesca, Castrojeriz, Melgar de Fernamental y Poza de la Sal», Boletín de la Institución Fernán González, 1993/1, nº 206, Burgos, págs. 105 a 139.

(16) Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo LXVII, Cuaderno V, Noviembre de 1915, págs. 488 y 489.

(17) Así lo relata Herrera: Mi primer descubrimiento fue casual. En una excursión, mientras el P. Miguel Gutierrez estudiaba la geología de los terrenos volcánicos que dominan las salinas de Poza, yo veía la iglesia de Poza. Una vez que aquí terminé, el señor párroco, Don Fermín España, me mostró dos inscripciones incrustadas en la casa núm. I de la calle de las Procesiones, a ambos lados de la entrada. La del lado derecho era románica del siglo XII, y se refiere, con todos los visos de probabilidad a la construcción de una iglesia: “Didacus García del Amo me fecit” es lo que he podido descifrar bien. La otra tenía marcado carácter romano, formada por hermosas letras rectangulares del siglo I d.d.C., juicio que entonces me formé, y vi después confirmado por el P.Fita, que la interpretó de esta manera (…) [sigue el texto copiado literalmente de Fita] (Herrera, E.: «Descubrimientos ibero-romanos…», op.cit, pág. 55).

(18) Martínez Santa-Olalla, J.: «Antigüedades…», op.cit. págs. 156 y 157.

(19) Se trata del mismo manuscrito al que se ha hecho referencia en los antecedentes sobre la documentación de los hallazgos arqueológicos de 1806.

(20) Abásolo, J.J. y Albertos, M.L.: «Acerca de…», op.cit., pág. 393 y 394.

(21) Fita, F.: «Viaje…», op.cit., págs. 233 y 234.

(22) Martínez Burgos, M.: «Catálogo del Museo Arqueológico Provincial de Burgos», Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, Madrid, 1935, pág. 33.

(23) Martínez Santa-Olalla, J.: «Antigüedades…», op.cit. pág. 156.

(24) Cadiñanos, I.: op.cit., pág. 135.

(24) Abásolo, J.J. y Albertos, M.L.: «Acerca de…», op.cit., pág. 393.

(25) Idem. págs.. 405 a 407.

(26) Jordán, A.: «Precisiones a un altar votivo de Poza de la Sal: un eques de la Legio VI Victrix», Hispania antiqua, Nº 35, 2011, Universidad de Valladolid, págs. 261-270.

(27) Ediciones Tusquets, Madrid, 1983. Sobre la estancia de Navaggero en Poza pueden consultarse los artículos de Manu Gil «Poza es un lugarejo situado entre montes muy ásperos», Revista Sales, nº 3, Poza de la Sal, s/f, pág. 12 y ss. y «Andrea Navagero, un embajador veneciano preso en Poza», Revista Sales, nº 4, Poza de la Sal, s/f, pág. 14 y ss., y mi nota Poza de la Sal en la literatura: “Viaje por España”, de Andrea Navagero

(28) Traduzco directamente de la primera edición italiana, que aquí difiere de las posteriores ediciones en castellano de Fabié y Alonso Gamo.

(29) Martínez Santa-Olalla, J.: «Antigüedades…», op.cit., pág. 133 y ss.

(30) La reciente publicación «Puentes singulares de Burgos: unir orillas, abrir caminos», de Pedro Hombría y otros (Diputación Provincial de Burgos, Burgos, 2018), describe así los restos del acueducto en el lavadero: «Junto a los lavaderos del pueblo. Se ha considerado romano. Bóvedas de cañón de sillería, tímpanos de mampostería con vegetación. En realidad es un pequeño acueducto. Tiene tres vanos de entre 1,80 y 6,70 metros, con una longitud total de 16,80 metros, una anchura de 0,80 metros y 5,10 metros de altura».

(31) Idem., nota 8, pág. 172.

6 comentarios en “Un manuscrito de 1806 sobre las antigüedades de Poza de la Sal (IV). Identificación de monumentos arqueológicos y epigrafías

  1. Buen trabajo. El tener en plena calle las procesiones una lápida romana de hace 2000 años es alucinante. La lápida de la derecha la romana la fue descrita a principios del siglo XX. La otra de la izda es medieval , no? Conoces su traducción y su origen?
    un saludo

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    • Muchas gracias, Pablo. Sí que es alucinante y por eso es tan grave el proceso de deterioro que la lápida romana está sufriendo ante nuestros ojos. Respecto a la otra lápida, el dato de que es medieval lo tomé de Martínez Santa-Olalla, quien no da más detalles. Siento desconocer tanto su origen como la traducción de su inscripción. Ojalá alguien pueda aportarnos algo. Saludos.

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      • Gracias a tí. Aprovecho para rectificar mi anterior comentario sobre el deterioro de las dos lápidas. Ayer estuve en Poza y pude comprobar que, afortunadamente, el edificio en el que están incrustadas ha sido rehabilitado y se ha aprovechado para sanear las dos piezas históricas. ¡Una buena noticia!

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